Cuándo en 1997 (en Red del Norte), iniciamos la venta de acceso remoto via telefónica a Internet usando la plataforma de Infovía, la web era algo nuevo. El Netscape Navigator aparecía en su versión 3.0, introduciendo Javascript como lenguaje del lado del cliente (antes se llamaba Livescript) y muy poca gente fuera de mi entorno conocido le concedía algún valor comercial a la web (claro estoy hablando del Perú). Para mi era evidente que el protocolo HTTP resolvía el problema de los sistemas cliente/servidor ofreciendo un cliente universal para cualquier aplicación que se desarrollara usando dicho protocolo. Era algo revolucionario hace 20 años, lo cuál es demasiado en tecnlogía.
Hoy, casi veinte años después, pensar que se puede llegar a la web y amazar una gran fortuna (como fué posible hace 20 años) es un sueño. La web, es desde hace mucho tiempo atras una mercancía, está bastante estandarizada y pensar que se puede vivir tan sólo del desarrollo de páginas web, puede indicar dos cosas: una miopía frente a la realidad o una increíble ingenuidad. No digo que no se pueda, sólo que las probabilidades son muy pequeñas (casi microscópicas).