Yo nací en una época en la cuál la televisión a color aún era una novedad que tendría que llegar en algún momento al Perú. Una época en la cuál las personas creían en las promesas de sus líderes políticos y una máquina de escribir era un costoso instrumento reservado para profesionales de nivel universitario. En los últimos 50 años el mundo ha cambiado mucho más rápido que en toda la historia de la humanidad. Pasamos de ser menos de 4000 millones de seres humanos a más de 7000 millones hoy.
Cuándo nací, mi abuelo materno estaba a punto de jubilarse en una empresa para la que había trabajado toda su vida. La mayoría de los que nacen hoy día difícilmente tendrán un trabajo a lo largo de su vida y si es que por fortuna logran obtener uno, éste será eventual y en condiciones precarias. Probablemente en mi caso trabajaré hasta el último día de mi vida, si es que soy lo suficientemente afortunado de poder mantener el paso del cambio en el sector en que me encuentro. Y es que muy probablemente los miembros de la generación X, a la cual pertenezco, no tendremos jubilación o esta será insuficiente para poder subsistir.