¿Cambio sistémico o retorno a lo fundamental?

Plutarco, fue un ensayista, biógrafo e historiador griego del siglo primero famoso por su obra "Vidas Paralelas", sin embargo en el programa de ayer de Bill Moyers, se hace a una cita a Plutarco de "La República Romana", la cuál no he podido encontrar, pero me parece bastante interesante ya que a la luz de lo que está pasando con nuestra sociedad, la presente realidad no es más que un remake del mismo viejo libreto:

"El abuso de la compra y venta de votos se infiltró y el dinero empezó a desempeñar un papel importante en la determinación de las elecciones. Más tarde, este proceso de corrupción se propagó a los tribunales de justicia y luego al ejército. Y, finalmente, la República fue sometida al mandato de los emperadores."

¿ Le suena familiar la historia? Pues creo que a la gran mayoría de nosotros este corrupto matrimonio entre los poderes del estado y el poder económico, que corroe el orden social, no es un distante evento, ya superado y que ocurrió hace más de dos mil años. Forma parte de nuestro diario vivir y es la principal crítica que hacemos a nuestros gobernantes, jueces y militares. Además que claramente muestra que para que esa corrupción triunfe y pervierta a la sociedad debe de ocurrir de arriba hacia abajo. Es decir, primero se pervirte el poder político y sus órganos por excelencia el poder ejecutivo y legislativo, luego se puede proceder con los restantes poderes del estado.

Y es que nuestros gobernantes son unos cínicos, si usamos la definición que da del término Bill Moyers, "Alguien quien conoce el precio de todo, pero el valor de nada". Para un cínico, el precio, lo utilitario, que es lo tangible, lo inmediato tiene mucho más peso en la toma de decisiones que los valores sociales como la libertad, la justicia o la búsqueda de la felicidad.

Aquellos que han estado siguiendome en @volkan68, se habrán dado cuenta que desde hace algunos dias estoy frecuentamente enviando retweets de  Nassim Taleb, cuando la traducción al español entra en los 140 caracteres, prefiero esos retweets traducidos de las frases en su cuenta @nntaleb. Lo estoy haciendo porque esas frases de Taleb me han permitido descubrir que no es lo mismo inteligencia que sabiduría. Y debo admitir que hasta no hace mucho, me esforzaba por buscar más la inteligencia que la sabiduría y por lo tanto caí en las garras de nuestro actual becerro de oro que es la adoración de el éxito.

Se necesita inteligencia para poder hacer dinero en un mundo cada vez más competitivo, pero más importante aún es tener sabiduría, para no destrozar vidas ajenas en el proceso. Lamentablemente toda nuestra sociedad occidental ahora se encuentra bajo el influjo de una nueva religión, cuyo dogma de fé es que la felicidad se mide por el número de cosas que se posee. Si poseo un auto soy más feliz que quien viaja en transporte público, lo mismo debe ocurrir si poseo un blackberry o un iPhone, inmediamente debería de pensar que debo ser más féliz y por cierto mucho más exitoso que quien no lo posee. Es más el término igualdad social es medido en base a darle cosas o servicios a la gente, en lugar de hablar de valores.

No me cree, revise la agenda de todos los partidos no importa si son de "izquierda" o de "derecha", hablan de darle educación y salud a todo el mundo y eso es etiquetado como el camino a la felicidad. Pero en realidad lo que están diciendo es darle a la mayor cantidad de personas posibles, que al final son los electores, un servicio educativo y médico.

Si miramos las estadísticas, deberíamos de ser mucho más felices hoy que nuestros abuelos o bisabuelos, tenemos más maestros, médicos, abogados e ingenieros graduados que los tiempos de nuestros abuelos. En promedio una persona nacida luego de 1960 tendrá un grado de intrucción superior al de sus padres. Vivimos en promedio una vida mucho más sana y larga que la de nuestros abuelos. Pero sin embargo la gran mayoría nos sentimos más pobres y peor recompensados que nuestros abuelos. Y es que como dice Gordon Gekko en el último trailes de Wall Street 2, "Alguien me recordó que alguna vez dije que ‘la codicia es buena’. Ahora parece que es legal. Porque todo el mundo está bebiendo el mismo Kool-Aid". Ciertamente, cuando la crítica social llega a través del arte o la ficción, y no a través de los líderes de opion debemos concluir de que algo está realmente mal con el sistema.

Y tal vez si lo analizamos desde una perspectiva a largo plazo, y lo tomamos con sabiduría, el colapso de este sistema podría ser lo mejor que nos ocurriera, porque despertaríamos, aunque a la mala, de este sueño de opio inducido por el dinero y el culto al tener objetos a cualquier precio, que nos hace percibir la realidad de una forma distorcionada. Ciertamente el próximo cambio sistémico debería ser un retorno a lo fundamental, es decir el encontrar en el propio descubrimiento y en el de nuestros semejantes el verdadero camino a la felicidad.

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