En el períodico East Bay Express, de Emeryville (California), apareció un revelador reportaje de investigación titulado "Yelp y el negocio de la extorsión 2.0", cuya autora Kathleen Richards nos relata las historias de varios propietarios de negocios ubicados en la Bahía de San Francisco, que señalan haber sido contactados por vendedores de Yelp.com, ofreciendo retirar los comentarios negativos sobre sus negocios dejados en dicha red social a cambio de la compra de publicidad con tarifas que oscilan entre los $300 y $1000 al mes. De acuerdo a los entrevistados, luego de que ellos declinaron la oferta de Yelp, comentarios negativos aparecieron, o algunos comentarios positivos fueron removidos.
El jefe de operaciones de Yelp, Geoff Donaker, niega estas acusaciones que incluyen 9 pequeños negocios del área de la Bahía de San Francisco y a un ex-empleado de Yelp durante los años de su formación, que aún mantiene vínculos con la empresa y que en declaraciones luego de que su anonimato fuera segurado afirma que ha conversado con algunos vendores que afirman que lo que hacen no es malo y que por el contrario ayuda a los propietarios de pequeños negocios.
Según el mismo artículo, se indica de que de acuerdo al Financial Times, la empresa no ha logrado ser rentable todavía. Esta información no la he podido confirmar, pero dada la crisis y puesto que sus fuentes de ingreso son mayormente los anuncios de grandes empresas de alcance nacional como Moster.com o Toyota y los pequeños negocios locales, es lógico suponer que la presente recesión debe haber afectado seriamente los ingresos de la compañía.
Yelp, que fue fundada en octubre del 2004 por Jeremy Stoppelman y Russel Simmons, dos ex-empleados de PayPal. Tiene por finalidad publicar comentarios reales de gente real sobre negocios de ciudades como San Francisco, Los Angeles, Boston, New York o Londres, dandole una presentación de red social donde se pueden formar grupos de amigos para compartir información. El caso de Yelp ilustrar claramente mi punto expuesto el día de ayer de que la "Web 2.0" está afrontando una falla sistémica como resultado de la actual recesión. Los pequeños negocios tienen que recortar gastos y definitivamente anunciar en la web o en los periódicos locales es lo primero que dejaran de hacer. Lo que me ha sorprendido es este giro mafioso de pretender extorsionar a los propietarios de estos negocios para forzarlos a anunciar en su website. Imaginen que pasaría si servicios sociales como digg.com, que pueden empujar mucho tráfico a un determinado website, comenzara a vender reputación, de forma tal que con pocos votos de muy alta reputación una página cualquiera pudiera llegar a la página principal, sería el final de la "Web 2.0" como modelo de producción de contenidos socialmente, pues serían entonces el intermediario entre los participantes quien determinaría que aparece y que no.
UPDATES:
- El CEO de Yelp , Jeremy Stoppelman, en el blog de la compañía ha cuestionado el valor de las fuentes anónimas del reportaje de Kathleen Richards. Creo que ese tipo de respuestas que ponen en tela de juicio el origen de las críticas, pero no dan respuesta a la pregunta de fondo dejan mucho que pensar. Es la clásica estrategia de negarlo todo. Supongo que Jeremy por su juventud no conoce que las fuentes anónimas fueron las que llevaron a hacer público el escándalo de Watergate y la participación directa del ex-presidente Nixon como encubridor en dicho acto delictivo, que termino con la renuncia del mismo.
- De otro lado la noticia ha tenido eco en los blogs de The Wall Street Jorunal, donde Andrew LaVallee, hace un llamado para que todas aquellos que se hayan sentido afectados por dichas prácticas cuestionables de marketing hagan público su descontento en los comentarios de dicho blog. El único problema que veo es que dicho post tiene poca visibilidad y no mucha gente se enterará que está buscando personas que deseen contar su caso.