Hace pocos días (4 de febrero) fue publicado en el The New York Times, un artíuclo de Dick Brass, en donde señalaba a la cultura de la destrucción de la creatividad al interior de Microsoft como la responsable de la lenta pero incuestionable caída del coloso de Redmond. Dicho artículo desató bastante ruido en la socialósfera (blogósfera, twitósfera, facebookosfera, etc.). Muchos bits han fluido a lo largo de estos últimos días, pero creo que la razón de la actual y notoria irrelavancia de Microsoft en el sector TIC, tiene su explicación en la aparición de un nuevo modelo de hacer negocios con las TIC y esto ha generado la emergencia de dos nuevas fuerzas dominantes en el sector Google y Facebook.
El mérito de Microsoft fue el de convertir lo intangible (el software) en un commodity, antes de Microsoft el software era producido bastante artesanalmente, los estándares eran una declaración de intención que muy pocos respetaban. Una prueba irrefutable de ello eran los Unix, que a pesar de en teoría todos provenir del mismo código fuente y seguían los mismos estándares algunos software eran específicamente programados para arquitecturas específicas.
En aquellos primeros años de la computación se hablaba de "arquitectura", pero en realidad era un eufemismo para hacer referencia a quien era el propietario de los derechos del hardware y el software, de aquel paradigma los dos únicos fósiles vivientes que existen actualmente son IBM con sus mainframes y Apple con su Mac. Con la introducción del IBM PC y su estándar abierto de hardware, la commoditización del hardware y el software comenzó.
Microsoft supo adaptarse a los tiempos, su mérito más importante fue permanecer como una empresa de software y no seguir el camino que siguió Apple. La idea de software como un commodity se extendió y fue abrazada por muchos, empresas como MicroPro, Borland, Corel, WordPerfect Corp., etc., florecieron en esos primeros años gracias a la aparición de un gran mercado para sus productos. Todas ellas son irrelevantes ahora, ¿por qué?
El gran cambio vino de la mano no del Open Source, sino de Internet. El tener acceso al código fuente es irrelevante sin la forma de compartirlo y mejorarlo en una comunidad bastante grande. Aquellos que usaron aquellas primeras versión de TurboPascal a principios de los ochentas, podrán recordar que el software venía con el código fuente de una rudimentaria hoja de cálculo. Sin embargo eso no generó un clon Open Source que amenazara la existencia de Lotus 123 o Quatro Pro.
Todos hablamos de las ventajas del paradigma Open Source ahora y hasta lunáticos como Richard Stallman quien convertir el Free Software en religión. Pero había una muy activa comunidad de lo que ahora llamamos Open Source a principios de los ochenta. La revista Byte como muchas otras también, incluía código fuente en BASIC o incluso Assambler para las primeras microcomputadoras de los ochenta.
Hay un mantra del Budismo Zen que dice: "¿Si un árbol cae en el bosque y nadie está lo suficientemente cerca para poder oirlo? ¿HACE RUIDO AL CAER?", es usado mucha veces para explicar fenómenos cuánticos, pero esta vez permitanme usarlo para explicar mi punto sobre el hecho de que es más importante la red de usuarios (networking) que el código. Pongamos el mantra en estos términos: Si alguien cambia el código de un programa, pero nadie más lo usa, es esa mejora buena o sólo es otra manera diferente de hacer las cosas. Sin los "usuarios" el paradigma Open Source no tendría viabilidad, pero ¿qué tantos usuarios?.
La famosa regla del 90-9-1 de Jakob Nielsen, nos dice que en toda comunidad de donde los usuarios generan el contenido existe una desigualdad implícita, ya que sólo 1% produce nuevo contenido, 9% proporciona un feedback o es participante activo y el 90% sólo consume de forma pasiva. Si llevamos esa regla al software veremos que se necesitan comunidades realmente grandes para que el paradigma Open Source pueda funcional, ya que no es lo mismo 1% de un salón de clases de Computer Science a 1% de los usuarios de Internet de todo el planeta. En conclusión, sin Internet no hubieramos tenido Linux, Apache, MySQL o PHP.
El factor Internet cambió las reglas de juego del antiguo paradigma del software como commodity, el primer cambio y más obvio fue el abaratamiento del software. Cuando algo se comoditiza, lo primero que ocurre es que la barrera de entrada de reduce y una gran cantidad de personas interesadas en hacer dinero entran al mercado. El incremento de la oferta inevitablemente lleva a la reducción del precio. El Open Source y las soluciones SaaS (Software as a Service) encajan en el reacomodo del modelo, pero no destruyen el modelo, sólo hacen que todos ganen menos, es decir lo degrada a través de una sobreexplotación de la demanda. En términos económicos es fácil ententer lo anterior, el número de nuevos usuarios crece más lentamente que la cantidad de oferta de nuevos productos, por lo tanto la única forma de atraer nuevos usuarios es reducir el precio, ya que no hay oferta más atractiva que gratis muchas nuevas compañías entran en la trampa del famoso freemium (servicio gratis a niver básico, y pagado para las características avanzadas).
Lamentablemente los ejecutivos de Microsoft no han entendido la naturaleza del cambio, por eso sólo siguen aquello que saben es el futuro, pero no entienden como funciona. Es por ello que produjeron XBox, Zune, CodePlex, Bing y ahora desean agregar fundionalidades de social networking a Outlook.
El problema con Microsoft no es que adentro de ella exista una cultura que promueva la destrucción de la creatividad y en consecuencia la innovación, es que todo el ecosistema ha cambiado, y en consecuencia su modelo de copiar al líder, ofrecer gratis o a muy bajo precio un producto equivalente para luego extender algunas funcionalidades haciendose incompatible y luego cerrar el mercado, ya no funciona más. Ese modelo parecido al de asimilación de los borgs alcanzó su cúspide con IE6 que llegó a dominar el 95% del marketshare.
Es como si un gran meteorito llamado social networking ha caído y alterado de manera irreversible el ecosistema en el cual gran Tiranosauro Microsoft goberno sin oposición por los últimos 10 años. El problema es que las redes sociales han cambiado el modelo por completo y es por eso que ahora las dos grandes fuerzas emergente son Facebook y Google. Cómo se desarrollará esta batalla y que implicaciones tendrá para nosotros los simples mortales lo dejaré para un próximo post.