Cuando uno envejece es imposible evitar que continuos flash back vuelvan a cada momento, aunque con cierta lógica. Es así que cuando el día de ayer durante la emisión del programa Frontline de la cadena pública estadounidense PBS bajo el título "Digital Nation", en donde se cuestionaba el famoso "multitasking" de las nuevas generaciones recordé una anécdota ocurrida en el último año de secundaria (1985).
El hecho en cuestión fue el siguiente, nosotros teníamos un profesor de Física y "Revisión de Matemáticas" (un curso que nos pusieron en el último año) cuyo nombre es Teodoro Chunga Saba, desde mi punto de vista un buen hombre en todo el sentido de la palabra. Yo no tenía dudas de que amaba su profesión y que deseaba que todos aprendiéramos, de otro modo sería inexplicable como pudo dedicar su vida a una profesión tan mal pagada y peor agradecida. Pero además de esa profunda vocación por enseñar de la cual ya les comenté, poseía una increíble capacidad pedagógica para poder enseñarte algo nuevo, incluso cuando podía tener en un mismo salón un amplio espectro de alumnos, que podía ir desde el simplemente estúpido hasta el genio. Todos podían aprender algo con él.
Uno de sus trucos era tener múltiples exámenes, era común que entregara 7 u 8 diferentes exámenes, cada uno de diferente dificultad, es decir se tomaba la molestia de clasificarnos y darnos un examen a cada uno de nosotros según nuestra capacidad. De esa forma los alumnos más hábiles, de los que siempre hay en cada salón no podía sencillamente hacer un breve repaso, tenían que estudiar a fondo para cada examen, de la misma forma que los menos dotados. El efecto colateral de este tipo de segmentación era que no podías preguntarle practicamente a nadie cerca tuyo porque descubrías que "todos" tenian diferentes exámenes.
En el caso de mis amigos y yo (¿te acuerdas Rafa?), por lo general debido a que estábamos bastante por encima del promedio, nos ponía a todos adelante y a diferencia de los demás podíamos usar calculadoras, claro que eso nos servía de muy poco, ya que los exámenes estaban orientados más a la parte analítica que operativa.
Un día en un examen de Revisión de Matemáticas, como siempre estábamos adelante y mirando hacia la pizarra, Rafa, Jorge, alguien más a quien no recuerdo claramente y yo, como a metros y medio uno de otro, cuando de repente vimos como trajo y sentó en el escritorio del profesor a "Vico". Vico no era mi amigo, varias veces tuvimos enfrentamientos y en uno de ellos me rompió la nariz, era el típico bully, así que no hablaré sobre sus habilidades con las matemáticas, pero si diré que tenía una habilidad natural para hacer trampa en los exámenes. Razón por la cual fue puesto en "aislamiento" en el escritorio del profesor, donde podía ser más fácilmente supervisado.
Desde su posición en el escritorio del profesor podía vernos a nosotros, los que estábamos en la primera fila trabajando con nuestras calculadoras para resolver los problemas del examen, recuerdo su frase de sorpresa, "¡Ah, qué!", tras la cual se dirigió a su carpeta y volvió con su calculadora dispuesto a resolver su examen. Cuando estaba prendiendo la calculadora ya Chunga había llegado a donde estaba Vico y le dijo: "No, tú no.", a lo que complementó con otra frase señalándose la sien: "Tú necesitas desarrollar". La cara de sorpresa y frustración de Vico era notoria y una carcajada explotó en el salón en medio del examen.
Y que tiene todo esto que ver con el prorgama "Digital Nation" y el grave problema de déficit de atención que sufren las nuevas generaciones que son continuamente bombardeadas por smartphones, netbooks, computadoras, redes sociales, etc.; desde mi perspectiva mucho. Si uno no le da al cerebro el entrenamiento necesario y reemplaza funciones elementales como búsqueda, clasificación, analogías y resumen por una máquina, lo que le sucede al cerebro es lo mismo que le sucedería a nuestro cuerpo si en lugar de que nos enseñaran a caminar, nos pusieran en un silla de ruedas motorizada desde nuestra más tierna infancia para "optimizar" nuestra movilidad, así podríamos movernos más rápido, lo que esconde esa ventaja es que no podríamos movernos a todo lugar, sólo podríamos ir a los lugares donde la silla pueda llegar. Lo mismo pasa con los "nativos digitales".
Por eso, usar una calculadora o una computadora no es malo si está enmarcado dentro de una estrategia pedagógica coherente y el profesor sabe exactamente cómo dosificar los retos a los estudiantes, ya que uno aprende en base a los problemas en que falla, más que con los problemas que resuelva. Ese tal vez es otro de los grandes problemas que trae el darle un computador a cada niño, podríamos sencillamente generar un nuevo y más grande problema si es que los profesores no saben como dosificar y enseñar a utilizar correctamente la herramienta.
Finalmente quiero terminar este post agradeciéndole a mi profesor, Teodoro Chunga, por seguir enseñándome algo nuevo, incluso luego de 25 años de no verlo. Espero que está bien y que tenga muchos años más de vida.