En la famosa novela 1984 del británico George Orwell, el "Gran Hermano" controlaba todo y todo lo veía a través de los "telescreens". Pero esa visión de un mundo en el cual todo es registrado y se puede controlar, es ahora una realidad. Aunque no ha llegado en la forma de un estado totalitario que todo controla y manipula la realidad a su conveniencia, sino por el contrario como el resultado de una tecnología que avanza mucho más rápido que nuestra humana capacidad de adaptarnos a los cambios.
Pruebas de que no hay un "Gran Hermano", que todo lo controla y todo lo sabe, son el sinnúmero de atentados terroristas cometidos por sociópatas a lo largo y ancho del planeta, desde los atentados cometidos por organizaciones como los del 11 de setiembre o los del 11 de marzo, hasta los llevados a cabo por lobos solitarios como Unabomber o Timothy McVeigh.
La tecnología ha servido en todo caso para permitir que estos anarquistas puedan competir en ventaja contra estados grandes, ineficientes y llenos de empleados públicos que deben sus puestos de trabajo no a una labor eficiente y eficaz, sino a la dócil sumisión al poder político, que suele estar en manos de quien más dinero tiene.
Y quiero hablar ahora de dos casos, en los cuales la tecnología ha demostrado que puede permitir que cualquiera se pueda convertir en el "Gran Hermano", primero quiero comentar el caso de Tyler Clementi, un estudiante de 18 años de edad de la Universidad de Rutgers, que se suicidó saltando del Puente George Washington tras descubrir que su compañero de cuarto lo había filmado mientras tenía relaciones sexuales con otro hombre y lo había hecho público a través de un live-streaming en Internet.
El segundo caso, más local para los peruanos es la famosa bofeta que le diera, el actual presidente del Perú, Alan García Pérez al ciudadano Richard Galvez León, que en un principio negara el presidente con la famosa frase "No le hagan caso a ese diario 16", y que finalmente luego de que un video tomado con un celular se hiciera público, terminó por admitir.
Por otro lado páginas web como Wikileaks, que ganara notoriedad mundial por hacer públicos miles de documentos sobre la guerra en Afganistan, o los chuponeos a la candidata a la alcaldía de Lima Lourdes Flores Nano, que fueron llamados los potoaudios. Son señales inequívocas que el actual establishment político, no entiende la magnitud del cambio que ha experimentado la sociedad con Internet y el abaratamiento de tecnologías que antes sólo era posible ver en películas de espias.
Si todo lo que les he descrito líneas arriba les parece subrealista, imaginen el siguiente paso. No ya la revelación de verdades incómodas para los que tienen el poder ya sea político y económico, sino la "fabricación de hechos", con el objetivo de crear caos y desestabilizar a una sociedad, ya que crear o alterar un video es ahora posible con tecnologías como la "Realidad Disminuida", que comenté no hace mucho en este blog.
Ya que cualquiera puede ahora con poco dinero si se lo propone, inventar su propia realidad y ser el "Gran Hermano" de su entorno, nunca antes como ahora, el monólogo de Segismundo de "La vida es sueño", ha sido tan valedero:
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.