El día de ayer en el diario The New York Times, apareció un interesante artículo escrito por Matt Richtel llamado "Creciendo digital, conectado a la distracción", en el cual analiza el terrible impacto que tiene entre los jóvenes de los últimos años de la secundaria en las escuelas de Silicon Valley el tener un acceso ilimitado a Internet, tanto en casa como en las escuelas. El problema consiste en que los cerebros en formación como el de los jóvenes se están acostumbrando a cambiar rápidamente entre actividades y no pueden mantener la atención en las tareas que les son asignadas en la escuela resultando en un rendimiento escolar, el caso de Vishal Singh, es un ejemplo típico mientras le agrada desarrollar cortos de video usando tecnología digital, tiene serios problemas para poder leer un libro, sus padres han comprendido que sencillamente el no puede estar en una escuela convencional porque sus notas siempre serán muy bajas debido a que no puede concentrarse en una actividad a pesar de que es una persona autodicata y muy inteligente ya que ha aprendido a manejar complejos programas de edición de video tras largas horas de ensayo y error.
Un caso en el cual no hay nada positivo que rescatar es el de Ramon Ochoa-Lopez un adolescente de 14 años, que sufre de una adicción a los videojuegos a los cuales dedica hasta 6 horas diarias, y casi todo el tiempo los finaes de semana, con lo cual no tiene tiempo de hacer las tareas de la escuela, las cuales terminan siendo hechas pocos minutos antes de clase en el baño de la escuela.
También en este artículo se cuenta la historia de una adolescente llamada Allison Miller de 14 años de edad que llama a su iPhone su bebe y que envía una media de 27,000 mensajes de texto (SMS) desde su celular al mes, lo que equivale a un promedio de 900 mensajes diarios. Ella envía mensajes de texto desde el salon de clases, al terminar sus prácticas de fútbol, mientras va y vuelve de la escuela, llegando a mantener hasta 7 conversaciones diferentes a la vez mientras está texteando. Como es obvio esto también ha afectado negativamente sus calificaciones.
Los profesores deben de comprender que el estar en línea es a la vez el mayor de los distractores frente al cual no tienen muchas oportunidades de competir y el decomisar los celulares ha probado ser una práctica poco eficiente y que termina causando más problemas de los que resuelve. Es por ello que la actitud de los profesores frente a la tecnología debe de cambiar radicalmente y deben de usar el poder que está tiene de atraer la atención de los jóvenes para poder transmitir a través de estos medios los contenidos que los alumnos necesitan asimilar. El clásico modelo de yo soy el profesor, sientate y escucha lo que te voy a enseñar ha quedado rápidamente obsoleto y necesita ser actualizado lo antes posible.
Me pregunto si todos estos efectos negativos de incluir gadgets y conexiones a Internet, han sido considerados al momento de implementar el famoso programa Una Laptop Por Niño en el Perú. Ya que a menos que tengamos una generación capaz de autocontrolarce lo único que obtendremos repartiendo estas laptops entre los niños del Perú será una generación de adictos al Internet, incapaces de concentrarse y aprender materias que son importantes para que puedan tener éxito en su vida adulta. Lo peor en el caso peruano sería que está adicción digital no sería pagada por los padres como es en el caso de los estudiantes estadounidenses sino que sería el estado peruano en su afan de cerrar la brecha digital el que la haría más grande aún. Pienso que este es uno de los factores por los cuales no se desea hacer una medición seria del impacto de las XO-1 en las notas de los niños que ya las han recibido, ya que la verdad puede intuirse y se prefiere hablar de otros indicadores como mayor asistencia a clases o una mayor familiaridad con la tecnología.
Aquí les dejo un video basado en el extenso reportaje de Matt Richtel (debido a que es nuevo no hay versión en español disponible aún):