El día de ayer en un retweet que recibí de @mijarosoft, había un link a la web del diario El Comercio (de la ciudad de Lima) donde se informaba que Google iniciaría este año operaciones comerciales en Perú. La noticia me alegró mucho, pero no quería comentar la misma si es que no tenía una confirmación de otra fuente, despues de todo podría ser un error de interpretación por parte del periodista. Aunque no he podido encontrar otra fuente al menos pude dar con la fuente original.
Perú será el sexto país en latinoamérica donde Google tiene operaciones, los otros en donde ya opera en la región son Argentina, Brasil, México, Chile y Colombia. Desde mi punto de vista, esto es un reconocimiento a la creciente importancia que está teniendo Perú en la región y sobre todo a un marco económico y legal que proyecta confianza a los inversionistas extranjeros. Esto no se debe ni al gobierno de Alan, ni de Toledo, ni tampoco al fujimorato, esto es un esfuerzo de más de 20 años que viene realizando el Perú para poder transformar nuestra sociedad en una del siglo XXI.
Muchos de los que tienen menos de 30 años hoy día tal vez no recuerden la pesadilla que inició Velasco a finales de los sesenta, creando un estado paquidermico y creador de pobreza. Empresas que eran rentables antes de ser "nacionalizadas" o ser convertidas en "cooperativas", terminaron dependiendo de la asistencia del estado para poder sobrevivir, esto obligó a que los sucesivos gobiernos tomaran prestamos para balancear los presupuestos nacionales. Que mientras existió un crédito barato mantuvo no solamente al Perú, sino a toda la región con grandes déficit fiscales. Tras la llegada de Paul Volcker a la dirección de la FED, y su agresiva lucha contra la inflación estadounidense levantanto las tasas de interés hasta un máximo del 20.5% durante 1981. El crédito se encareció y como resultado la gran mayoría de países latinoamericanos que habían apostado fuertemente por modelos estatistas tuvieron serios problemas para pagar deudas contraídas con intereses mucho más bajos. El segundo gobierno de Belaúnde afrontó este revés, y decidió atacarlo con una política de microdevaluaciones, que pudo ser muy criticada debido a la inflación que generó pero permitió que el país siguiera operando con la misma estructura por los cinco años de su gobierno. La pesadilla que vivimos entre 1985-1990 fue el resultado de seguir manteniendo un estado grande, ineficiente y el dogma de los famosos "derechos adquiridos". Describir al detalle la pesadilla sería largo y no aportaría mucho al presente post, así que me limitaré a decir que tras 22 años de experimeintos socialistas, se tomo la decisión de vivir de acuerdo a nuestros medios. El hiper-paquetazo de Fujimori el 8 de agosto de 1990, que anunciara por cadena nacional Juan Carlos Hurtado Miller y que terminara con la famosa frase "y que Dios nos ampare", fue seguido por tanques en las calles y soldados desplegados en todas las ciudades importantes por temor a que en el Perú ocurriera un "Caracazo". El cual no ocurrió y creo que en parte fue debido a la idea de que el ajuste era inevitable, después de todo durante toda su campaña Mario Vargas Llosa explicó por qué era necesario el ajuste y la reforma del estado, sin embargo debido al caracter de los peruanos elegimos a un "brujo" que dijo que nos podía curar sin dolor, aunque al final la pasamos peor que con el médico que nos advirtió que dolería, pero era necesario.
A diferencia de otros países como Argentina, Bolivia, Ecuador o Venezuela, el Perú ha mantenido la estabilidad de sus sistema jurídico y modelo económico por los últimos 20 años, lo cual al parecer comienza a mostrar los primeros resultados. Los TLC que se han firmado o las inversiones extranjeras que cada día llegan con más frecuencia, son una muestra de que se avanza; tal vez no a la velocidad que todos quisieramos pero es mejor un pequeño avance en la dirección correcta, que retroceder o no moverse. No es que piense que porque Google llegue al Perú, de la noche a la mañana todos los problemas están resueltos, lo que creo es que finalmente luego de muchos errores estamos siendo concientes de que hay una dirección en la que hay que moverse y que los políticos pueden juegar a salvadores, pero creo que la lección aprendida por todos ha sido que con la economía no se juega.