Desde hace ya bastante tiempo el mito de que las economías emergentes nos rescataran de esta recesión ha ganado el apoyo "oficial" de la comunidad de economistas alrededor del mundo y sus mecenas. Cuando China anunció su plan de estímulo económico para este año 2009 por 4 billones de yuans o lo que es lo mismo $586 mil millones, todo el mundo esperaba que tan masivo gasto por parte del gobierno chino, reviviera el consumo a nivel mundial. Ya pasado el primer semestre de este año y a punto de acabar las vacaciones de verano en el hemisferio norte, todo parece indicar que el estímulo no ha sido suficiente, o al menos eso se puede deducir de la última noticia aparecida en Bloomberg News sobre el hecho de que los índices bursátiles chinos han entrado en "bear market" (es decir un mercado a la baja), aunque como dice Bloomberg "brevemente".
No se si será el calor que me deprime, o simplemente el pesimismo que ha pasado a formar parte de mi personalidad desde el 2007, pero si han seguido mi blog se habran dado cuenta que a diferencia de todos los optimistas que anuncian que esta recesión acabará a fines de este año, incluyendo a Dr. Doom. Yo siempre he sostenido que esto esta lejos de terminar, básicamente porque no estamos atacando la causa del problema sino sólo los síntomas.
Probablemente a muchos no les gustará lo que escribiré, están en todo su derecho en discrepar con mis opiniones, después de todo mis jucios no son imparciales y estan influídos por todo el background de mi educación y el haber crecido en una sociedad democrática occidental. Habiendo hecho dicha salvedad, comenzaré a explicar mi visión de qué es lo que está pasando.
A diferencia de muchos que creen que para obtener el progreso se necesita de un "dictador benevolente", el clásico ideal del caudillo o líder que encarna las aspiraciones del "pueblo" y señala el camino de un futuro mejor. Creo firmemente en una democracia con reglas siemples y claras, donde el orden social no esta dado por tu color de piel, sexo, religion, preferencias sexuales o creencias políticas, sino simplemente por tu éxito y la forma más simple de medirlo es por cuando riqueza eres capaz de aportar a la sociedad. Despues de todo, hombres o empresas más exitosas cada año representan más ingresos en impuestos para el estado, que pueden ser usados para mejorar el nivel de vida promedio. Es decir creo en el sistema que muchos denominan meritocracia.
Al parecer este sistema que llevó a occidente de ser sólo una pobre y caótica península en el extremo occidental de la rica y poderosa Asia a ser la voz que determine los destinos de un planeta que cada vez parece más pequeño, ha sido olvidado. Frases como "to big to fail" ("muy grande para fallar"), son una renuncia explícita a la meritocracia y una recompensa a la mediocridad y componendas en el poder.
Una vez escuché en el programa de Jon Stewart en son de broma, "no puede haber capitalismo sin bancarota, de la misma forma que no puede haber cristianismo sin infierno", agregando luego, "bueno si puede haber cristianismo sin infierno y eso se llama judaísmo". De la misma forma por definición un capitalismo sin bancarrota es comunismo, pues todo el capital esta en manos del estado y por definición un estado nunca quiebra.
El grave problema que yo veo, al igual que lo vio Jimmy Carter en su famoso "discurso del malestar" en julio de 1979, es que la principal amenaza de occidente esté en la pérdida de confianza. Lo más terrible no es que hayamos perdido la confianza en nuestros políticos, sino que hemos perdido la confianza en nuestro sistema democrático y estamos más preocupados por mantener nuestros estándares de vida que por mantener la integridad del sistema que hasta ahora nos ha proveído de vidas más largas, sanas y cómodas que la de nuestros abuelos. ¿Quién puede ahora decir que se vive mejor en el campo que en la ciudad?, algo que en los tiempos de Dickens se debatía con fervor.
Pensar que podemos salir de la presente crisis sin sacrificio, es por decir lo menos ingenuo. Hay demasiadas empresas que especulan y hacen servicios de intermediación financiera que sencillamente deben de quebrar algunas, la razon es simple en un mercado que se contrae tan aceleradamente, no hay espacio para tantos intermediarios. Esto es bueno para el sistema en el largo plazo tambien, pues los menos eficientes son reemplazados.
El ayudar a empresas ineficientes, aquí o en China, no resuelve el problema, sencillamente lo pospone. La solución no parte por hacer gastar más al estado para que empresas ineficientes reciban dinero que evaporan sin contribuir a una mejora de la sociedad, lamentablemente nadie quiere reconocer que no hay almuerzo gratis y que los errores se pagan. Los políticos perdiendo las elecciones por ineptos y los gerentes-jugadores siendo despedidos y pagando reparación civil por un accionar negligente.