Cuando la burbuja inmobiliaria explotó en Estados Unidos a mediados del 2007 y sumiera a este país y a todo el mundo en una recesión de escala global en el 2008, el mercado laboral perdio millones de puestos de trajabos. Hoy en día aunque ya técnicamente se han recuperado todos los trabajos que se perdieron durante la "gran recesión", el salario promedio es inferior al del 2007, existe aún un alto porcentaje de personas sin trabajo porque simplemente la población continuó creciendo y sólo se han recuperado el número de puestos de trabajo perdidos. Claro que estos trabajos que se han creado han sido de menor remuneración y con peores condiciones laborales. Esto ha producido la apareción de un nuevo mercado llamado en inglés "people marketplace" o si quisieramos ponerle un nombre en español deberíamos llamarlo el "mercado de los cachuelitos". Un cachuelo es un peruanismo que significa "trabajo eventual de baja remuneración".
El sábado pasado (14 de junio), Instacart anuncio a través de su cuenta de Twitter, que habían recibido U.S.$ 44 millones en inversión de la firma de capital de riesgo Andreesen Horowitz. Instacart es sólo una de las muchas empresas de este nuevo "mercado de los cachuelitos", en donde aparecen otros nombres conocidos como Uber, Lyft, TaskRabbit o Airbnb. En la actualidad la penetración de smartphones en Estados Unidos es mayor al 60%, eso significa que existe una gran cantidad de personas que disponen de un smartphone pero posiblemente no de un trabajo o al menos no de uno bien remunerado. Esto ha creado una legión de trabajadores que andan buscando la forma de ganar unos dólares extra con su celular.
Revisemos que hace cada una de estas empresas. Por ejemplo Instacart ofrece el envio de las compras de bodega a tu casa (en ciertas ciudades de Estados Unidos), lo hace a través del pago de una comisión que comparte con personas que estén dispuestas ha hacer la entrega de las compras en la casa que lo solicite. Uber y Lyft, son como servicios de taxi por personas que disponen de tiempo libre, un auto y un smartphone. TaskRabbit, permite que cualquiera con tiempo libre y un smartphone pueda ofrecer sus servicios como plomero, electricista, carpintero o cualquier otro oficio. Finalmente Airbnb permite que cualquiera que tenga un sofá disponible o una habitación extra en casa pueda convertise en una posada.
Todo esto es posible porque las condiciones económicas no han mejorado y aunque oficialmente ya se está fuera de la recesión, el ingreso promedio es aún bajo y por otro lado la inflación ya es notoria. Esto está forzando a todos aquellos con un presupuesto ajustado a buscar nuevas y creativas formas de hacer más dinero usando todo recurso disponible a su alcanse y ahora los smartphones con sus capacidades de geolocalización y acceso a Internet 24/7 permiten nuevas relaciones laborales entre empleadores y empleados. Ya no se requiere trabajar para un empleador, ahora se oferta el servicio en una gran bolsa laboral ("people marketplace" o "mercado de cachuelitos") y dependiendo de las demandas de los empleadores, estos requerimientos de horas/hombre son llenados de la manera más "eficiente" posible. Cuando digo "eficiente" en realidad quiero decir con el menor costo posible y con el mínimo aceptable de calidad, después de todo son trabajos realizados por seres humanos estresados, sub remunerados, desmotivados y que muchas veces trabajan más de 10 horas al día.
En esta nueva realidad laboral es difícil que las remuneraciones aumenten debido al exceso de oferta laboral y eso que aún no se ha considerado el impacto que nuevas tecnologías como autos que se manejan solos, drones y robots podría tener para este mercado de cachuelitos. Por el lado positivo, aquellos que sean capaces de producir apps o robots que capitalicen el nuevo cambio en las relaciones laborales podrán amazar grander fortunas rápidamente. Lo cual al final significa que un mundo más desigual es lo que nos depara el futuro inmediato.