Bueno, luego del discurso de Obama ayer sobre sus intenciones de reducir el déficit fiscal en U.S.$ 4 billones (trillones para USA), el dólar ha detenido su caída, los bonos del tesoro han tenido un repunte en su demanda (aún leve) y los commodities han acelerado su caída. Ahora es más evidente que antes que la única manera en la cual la economía crezca es inyectando liquidez (quantitative easing), pero los políticos presionados por las próximas elecciones del 2012 y el temor que causa en los electores el déficit fiscal con sus posibles consecuencias inflacionarias han comenzado el juego de ver quien propone un plan de mayor recorte en el gasto fiscal.
El plan de Obama para reducir el déficit en U.S.$ 4 billones en los próximos 3 años consiste en una combinación de recorte del gasto en los programas de protección social y dejar expirar la reducción de impuestos aprobada por George Bush. Por supuesto esto fortalece al dólar como moneda, pero tiene el efecto no deseado de dejar que la recesión se sienta en toda su brutal naturaleza. Como bien lo explica el economista japonés Richard Koo, estamos ante una recesión de hoja de balance. Esta es una recesión que durará al menos 10 años, de los cuales apenas hemos pasado tres. Sin un gobierno estimulando la economía, reeditaremos el colapso del 2008.
Como en toda recesión, la ausencia de dinero en el mercado, consecuencia del miedo a no poder recuperar lo invertido, hará que los precios de todo tipo de activos caiga. Si quisieramos explicarlo en función a la famosa ley de la oferta y la demanda, lo que ocurre es que el dinero en el sistema (dinero circulante y crédito) se reduce mientras la capacidad productiva de mantiene igual. Es por eso que para buscar el equilibrio las empresas reducen su capacidad productiva, lo cual tiene el terrible efecto social del desempleo, pero también tiene el efecto de reducir la demanda de commodities lo cual afecta a todas las economías emergentes que basan su bienestar económico en la exportación de commodities y en la suposición de que los precios sólo seguiran subiendo.
Querramos aceptarlo o no, para bien o para mal el dólar seguirá siendo la moneda del comercio internacional en este mundo globalizado (ya saben la famosa Pax Americana). La razón es simple, si China, Japón, India, Rusia, Europa o cualquier otra gran economía decidiera pasar todas sus reservas a oro o plata, sencillamente no habría en todo el planeta (lo extraído y lo que falta por extraer) lo suficiente para reemplazar dichas reservas por metales preciosos. Es por eso que se los países utilizan el fiat money, porque limitar el crecimiento económico al oro y la plata existente es sencillamente acortas la duración de los ciclos de boom and bust de la economía, mucho más en una economía planetaria como la actual.
Pero en el caso del fiat money, no se puede crear infinitos ciclos en los cuales el boom (expansión) es mayor en longitud que el bust (recesión) como hasta ahora porque el efecto neto es inflación en todo, no sólo en los salarios que es lo que preocupa a los industriales, sino también en los commodities. Pero debido a que justamente la naturaleza del fiat money es el crédito, el execeso de este produce inflación la cual tiene el efecto de reducir el valor real del fiat money. Justamente como los grandes capitalistas saben que los dos posibles escenarios son nefastos, han decidido mantener el actual statu quo del fiat money y sencillamente dejar que la economía planetaria entre a una recesión de duración difícil de predecir en estos momentos.
¿Cuáles son esos dos escenarios que asustan tanto?. Pues bien el primero y obvio es la inflación, como muy bien lo expresa Nassim Taleb en uno de sus aforismos: "Dule menos perder toda tu riqueza, que sólo la mitad de ella". Si es cierto que en un escenario inflacionario los pobres lo pierden todo, pero los grandes capitalistas no salen intactos tampoco y el problema es que una sociedad con inflación es terreno propicio para cambios políticos radicales como los ocurridos en Europa tras la primera guerra mundial. El segundo escenario es dejar que el dólar copalse y pasarnos a un patrón de oro (o plata), el problema es que se entra en un juego de suma cero y la actual riqueza acumulada en fiat money no puede ser traducida en un equivalente que de el mismo poder en un sistema de patrón de oro. Las deudas no pueden ser diluidas en el largo plazo con inflaciones moderadas de 2% a 3% al año y todos los libros de economía moderna basados en el supuesto de que el crecimiento es el estado natural de las sociedades es inútil.
Como resultado los grandes capitalistas han decidido proteger el dólar y ahora los políticos (todos ellos), están sintonizados en el nuevo discurso de responsabilidad fiscal. Lo cual nos pone en una recesión de longitud no determinada aún, ya que sólo será posible comenzar un nuevo ciclo de crecimeinto (boom), después de que las actuales distorciones (el desmesurado apalancamiento financiero) sean eliminadas del sistema.
Una prueba de que estamos a punto de ver una gran corrección en el los mercados financieros y que luego esto tendrá un correlato en un mayor desempleo y pérdida de algunos beneficios sociales para la clase trabajadora es que los tres más importántes índices parecen haber tocado techo, aquí los gráficos al cierre de ayer:
No hay que ser profeta ni adivino para deducir que una corrección importante de los mercados es inminente y que como resultado de ella otro credit crunch es inevitable. Bienvenidos a la super-recesión de 2011.