En un post del blog de Enrique Dans, se define como nativo digital a: "los integrantes de generaciones recientes, personas que han nacido completamente rodeadas por un entorno digital. Para ellos, todo contenido puede ser digitalizado, copiado, enviado por todo tipo de medios". Si aplico esa definición a mi vida, resultaría que yo no puedo ser un nativo digital, tengo 40 años y cuando era niño todo era analógico, hasta las computadoras .
Es cierto aunque no lo crean, hace 50 años la única formas práctica de hacer un sistema de control automático era usar una computadora analógica, que estaba construídas sobre amplificadores operacionales, que podríamos considerar como los primeros circuitos integrados que inventamos los humanos. Los teléfonos eran escasos y muy costosos, para poder comunicarse de manera económica con sus colegas mi padre se convirtió en un radioaficionado y por extensión estuve en contacto con esa tecnología, que hacía posible la comunicación a grandes distancias.
La fotografía estaba reservada para acontecimientos importantes, pues el rollo de película, que era costoso, debian de ser usado en su integridad para poder proceder al revelado, manejar una cámara fotográfica no era sencillo y se debía estar familiarizado con los téminos utilizados para medir la sencibilidad de la película y la cantidad de luz disponible, en aquellas épocas eran las personas las que tomaban las decisiones y no las cámaras fotográficas.
Mi padre prefería almacenar sus fotografias en el formato slide que le permitía ahorrar espacio, además de que con el adecuado proyector se podía hacer presentaciones de las fotografías en écrans (pantallas) de 60 pulgadas. Ahora mi padre en vísperas de cumplir 70 años ha digitalizado todo su archivo de slides y fotografías, condensando más de 100 años de historia familiar en un DVD.
Otro tanto pasaba con las películas, no había videograbadora en mi infacia y si se deseaba hacer películas estas eran mudas, pues las cámaras super 8 sólo registraban secuencias de poco minutos y sin sonido. En adición a un buen pulso, había que tener cierto talento para mantener la cámara estable.
La música se distribuía en discos de vinilo (de 33, 45 y 75 RMP) y las costosas grabadoras de carrete no eran populares, las dos que teníamos en casa las usaba sólo mi papá, pero lo escazo de las cintas hacía que estas se reciclaran, es decir se grababa sobre cosas que se consideraban no muy importantes. La radio sólo transmitía en AM y a mi me parecía oir las canciones con una claridad que no puedo encontrar ahora en un moderno iPod. La televisión era en blanco y negro, además de que el número de estaciones de televisión que habían en la ciudad fue a lo máximo 2 en casi todo el transcurrir de mi infancia y adolescencia.
Fui tenstigo de la introducción de la televisión a color, cuando tenía 6 años veía como ponían vidrios con tonalidades ambar o verdosa a televisores blanco y negro para simular color. Cuando vi "Hechizada" en colores en una tienda de electrónica de consumo en 1975 en NYC quede estupefacto, tuve la misma sensación hacia finales del 2007 cuando ví una pantalla OLED de 53 pulgadas que mostraba una película en formato BlueRay en la tienda de Best Buy en Elmhurst.
A los 8 años vi mi primera computadora la HP 9830A, y como mi padre me recordaría años más tarde mi frase al verla fue: "encender esta computadora es igual que encender un platillo volador". En aquellos tiempos no había un mercado de aplicaciones, las computadoras eran una herramienta y utilizarlas requería entrenamiento. Aunque mi padre recibió clases formales de Fortran IV, la mayoría (hasta podría decir la totalidad) de sus programas los hizo en BASIC que el aprendió de forma autodidacta y yo herede como mi primer lenguaje de programación de él.
La primera computadora que tuve en casa fue la ahora mítica Radio Schack TRS-80 Color Computer, mi padre la compró para poder hacer su contabilidad personal, además de como elemento de distracción de la familia. De mis hermanos fui el único que se interesó por hacer algo más que jugar en esa computadora, mejore mi fluidez en BASIC e intente fallidamente programar en assembler, pero la documentación que tenía era mínima y no contaba con quien intercambiar resultados de experimentos.
Al poco tiempo tuve mi primer computador personal en casa, fue el NCR Decision Mate V, una computadora con CPU dual Z80A y 8088, que podía ejecutar tanto CP/M 2.2 como MS-DOS 2.11. Alli fue donde aprendí casi la gran mayoría de lenguajes de programación con los que estoy familiarizado: COBOL, Fortran 77, TurboPascal, TurboC, BASICA y Assembler de 8088 y 8080. Aún recuerdo la edición de programas en edlin, para luego efectuar una compilación en dos pasos y finalmente generar un ejecutable usando el link. Después de todo la computadora no me era ajena, había crecido rodeado de electrónica y el paso de lo analógico a lo digital fue gradual, además de que yo sabía de que estaba hecha una computadora.
Luego llegaron en sucesión una 386SX de 16 MHz y sorprendentes 2MB de memoria RAM, cuatro veces más memoria que la instalada en el Decision Mate V. Fue en esa 386SX que vi por primera vez al Windows 3.1. Luego llegó una 486DX4 de 100 MHz, un demonio de velocidad con un ilimitado disco duro de 540MB y pantalla a color, hacia mediados de 1995.
Después de eso todo se volvió difuso, las máquinas las cambiaba con sorprendente frecuencia y prácticamente no terminaba de cogerle cariño a una, cuando era necesario un upgrade. En ese tiempo de volatilidad, durante el otoño de 1997, es cuando entro en contacto con Linux y FreeBSD. La primera distribución de Linux que utilicé fue Slackware 3.0, que por su sorprendente parecido al momento de instalar a un FreeBSD 2.0, me hacía dudar si ir por el muy promocionado Linux o optar el más ortodoxo caminio Unix del FreeBSD.
Lo que me hizo decidirme por Linux fue RedHat 4.2, si así como lo leen. La facilidad de instalar y desinstalar programas usando rpm hizo que optara Linux en lugar de FreeBSD. Al parecer la decisión que tome en ese momento estuvo alineada con la de millones de otro usuarios que optaron por Linux y lo han terminado convirtiendo en el sistema operativo de los data centers.
De la mano con Linux llegó todo un conjunto de paquetes de software libre (Apache, PHP, Perl, PostgreSQL y MySQL) sobre el cual he basado casi enteramente toda mi vida profesional como system administrator. Desde finales del 2008 y gracias al abaratamiento del hardware el hipervisor xen se ha añadido indisolublemente a mi vida cotidiana.
¿Soy un nativo digital?, de acuerdo a la visión de Enrique Dans no podría serlo. ¿Soy un inmigrante digital?, tampoco lo soy, nada de lo que existe en la industria TIC me resulta ajeno, es más suelo ayudar a "nativos digitales" a resolver sus problemas con la tecnología. Creo que yo pertenezco a la generación de los "pioneros digitales", aquellos que ganaron el espacio que ahora las nuevas generaciones proclaman como propio.
Como todo pionero suscribo la frase de los pioneros norteamericanos que conquistaron el oeste: "Los cobardes nunca salieron, los débiles murieron en el camino, sólo los fuertes sobrevivieron". Los miembros de mi generación que nunca se atrevieron a dar el paso por temor a fallar ahora forman parte de los llamados "inmigranes digitales", los que intentaron adaptarce, pero perdieron el ritmo han sido desplazados igualmente. Sólo aquellos que hemos continuado adaptandonos hemos podido sobrevivir de algún modo.