AIG (American Internation Group), la aseguradora más grande del mundo y debido a su pésima gestion llevada al borde de la crisis, ha sido renombrada por Joe Nocera como "Always Invest in Garbage" (Simpre Invierte en Basura). Esta empresa ícono de los ahora distantes tiempos de bonanza de Wall Street, ha dado un nuevo giro de tuerca a la actual tragedia económica y levantado una nueva ola de odios al interior de la sociedad americana, la razón fue que su CEO Edward Liddy autorizó el que se usaran $160 millones, de los $170 mil millones que el gobierno americano ha tenido que entregarle a la compañía para evitar su quiebra, para el pago de bonos y otros incentivos a ejecutivos de la empresa que son directamente responsables de la pérdida de $40 mil millones. La explicación dada por Edwars es que esos premios forman parte de una relación contractual previa al paquete de ayuda y que AIG debe de cumplir o enfrentar problemas legales por incumplimiento de contrato. (Más detalles en The News Hour).
Ayer Obama en un discurso ha dicho que hara todo lo posible para evitar que dichos bonos sean pagados a ejecutivos que debido a sus errores y avarícia llevaron a la compañía al borde del colapso. Ese mismo día el Senador Demócrata Christopher Dodd, ha sugerido que todos los bonos sean retenidos como una provisión de pago de impuestos. Incluso en una entrevista en The New Hour, el Representante Barney Frank sugirió que dado que el estado americano es el propietario del 80% de la aseguradora, debería hacer valer su rol de accionista mayoritario y sencillamente prohibir el pago de bonos e incentivos a dichos ejecutivos.
Pero, ¿por qué me llama la atención todo esto?. En realidad hay que hacer varias lecturas entre líneas, la primera es que esta crisis está lejos de acabar, según Kenneth Rogoff en una entrevista en el programa Now de la cadena pública PBS, estima que el salvar a los bancos y entidades financieras costaría 2 billones de dólares (es decir 2 millones de millones), ya se ha gastado aproximadamente 1 billon en hacerlo, pero al parecer las cosas no han funcionado, especialmente si echamos un ojo a este artículo de Bloomberg News que nos dice que el próximo golpe al sector financiero vendrá de la mano del colapso de las tarjetas de crédito, ya American Express había dado las primeras muestras del problema cuando ofrecía $300 de premio a los afiliados para que paguen su balance y cierren su tarjeta. Ahora el problema se ha extendido a todas las demás tarjetas de crédito MasterCard, Visa, Discovery, etc.; esto indica que Obama debe volver a pedir más dinero al congreso para más bailouts, además hay que recordar que en un año y medio habra elecciones para renovar al congreso, razón por la cual la mayoría de legisladores desean mostrarse duros contra los impopulares financistas de Wall Street. Es decir esto más que un sincero gesto de exigir responsabilidad es un simple acto de relaciones públicas para poder pedir más dinero en el futuro inmediato.
En lo personal creo que los ejecutivos de AIG no merecen esos premios por "rendimiento", es más el argumento de que son ejecutivos tan valiosos que si no se les paga bien emigrarían a otras empresas, es por decir lo menos discutible. En primer lugar si salen del trabajo en el que están no hay empresa que este tomando personal actualmente, todas las empresas del sector están muy preocupadas en reducir sus presupuestos y eso significa reducir personal. Por otro lado el quitarles los bonos por decreto, es sencillamente ilegal. Los contratos eran claros y no hay forma de evitar ese pago de manera legal, el hacerlo como quiere Obama o algunos legisladores es tan inconstitucional como es la base de Guantánamo para retener prisioneros sin un juicio justo.
No importa que tan justa sea una causa, si debemos de romper una ley para hacer justicia estamos cometiendo un acto ilícito. Lo que debemos hacer es aprender del pasado, no podemos quitarle los bonos pero si el trabajo. En lo personal creo que debemos exigirles a todos ellos un acto de dignidad y que presenten sus cartas de renuncia por la incompetencia demostrada en sus funciones.
A lo largo del desarrollo de la presente crisis escuché la frase "habremos llegado al fondo cuando la gente comience a saltar por las ventanas", en alusión a los suicidios de altos ejecutivos de Wall Street ocurridos luego del gran crash de la bolsa de 1929. Pero ahora muchas empresas importantes han tocado fondo como fue el caso de Bear Sterns y Lehman Brothers, pero ninguno de sus ejecutivos ha sentido la necesidad de redimir sus culpas saltando por una ventana. ¿Es que acaso el mundo ha cambiado tanto?, ciertamente si, en 1929 la mayoría de los directores de empresas eran además sus propietarios, las habían creado de la nada y su destino personal estaba atado al de su empresa. En la actualidad la mayoría de altos ejecutivos tienen sus fortunas personales en cash o invertidas en otras empresas, así que si la empresa que dirigen se hunde, ellos pueden continuar sus vidas normalmente. Es como el caso de un cocinero que no come su propia comida, ¿Ud. tendría el valor de comer en un restaurante donde el cocinero no come su propia comida?. Pero en la vorágine del dinero rápido y de la especulación nadie prestó atención a ese hecho tan importante.
Los ejecutivos de hoy día ya no son dueños de sus empresas, las grandes empresas son propiedad de cientos de miles o incluso millones de inversionistas, grandes y pequeños, que compran acciones en NYSE, NASDAQ o cualquier otra bolsa de valores del mundo. Lamentablemente ninguno de los dueños puede dirigir su empresa, porque la propiedad ha sido diluida en una masa tan grande y diversa que sería imposible tomar acuerdos. Es por ello que surgió una elite de "gerentes profesionales", que ofrecían una administración científica de las empresas y rendimientos espectaculares para los accionistas, es decir un trato gana-gana. Lamentablemente alguien olvidó el principio básico de la motivación humana, si la motivación de los ejecutivos era sacar un premio grande en efectivo si hacía subir el valor de las acciones, entonces los gerentes profesionales harían hasta lo imposible por ganar su premio, incluso a costa de sacrificar el largo plazo, al final su destino no estaba atado al de las empresas que dirigian. Es como decir que un país decide contratar mercenarios y en lugar de mandarlos a luchar al frente, los pone a cuidar su orden interno. A un mercenario le importa un pito quien gane la guerra, lo que le interesa es que le paguen lo acordado, incluso si debe de sabotear al propio país que los contrato.
Luego del colapso de Wall Street en 1929, y la llegada del New Deal con Roosevelt. La idea de grandes capitalistas fue demonizada, hasta nuestros días por ejemplo en Los Simpons podemos ver a Mr. Burns y su proclividad a hacer sufrir a los pobres. Contra esa idea es que Ayn Rand le proponía a Atlas que se revelara, sin embargo ya no han vuelto a aparecer entre nosotros más Atlas. Ahora todo lo que ha quedado es un grupo de mercernarios de la dirección de empresas, que están preocupados por el bono, pero no por la sostenibilidad de la empresa en el largo plazo. ¿Por que ha comenzado a fallar el capitalismo?, pues porque éste ya dejo de ser de los capitalistas (los dueños del capital), para pasar a ser de los administradores del mismo (los empleados).