¿Hemos llegado al fondo?

Siempre hemos escuchado las frases "siempre es más oscuro antes de amanecer", o la clásica "primero hay que tocar fondo, antes de volver a subir". Cualquiera podría comenzar a sentir optimismo luego de que se ha reconocido que ya estamos en recesión desde hace un año y que el hasta no hace mucho todopoderoso Google despediría a un tercio de sus trabajadores, como comenté el lunes pasado en un post, aunque muchos podrían pensar que ya lo peor ha pasado, sin embargo me temo que lo peor está aún por venir.

Por qué digo lo anterior, básicamente por las no muy alentadoras noticias que he visto en el transcurso del fin de semana. Lo primero que no pasó el viernes fue la aprobación del rescate de las tres mayores empresas automovilísticas americanas, si General Motors se declara en bancarrota antes de navidad como dijeron sus voceros antes de la última audiencia del viernes, pues la recesión se podría acelerar. Sin embargo esa no ha sido la única mala noticia de la semana que pasó. En el sector tecnológico AT&T ha anunciado un recorte de 12,000 trabajadores y puede verse en TechCrunch una estadística actualizada diariamente de las pérdidas de trabajo en el sector tecnológico, que al viernes pasado ya totalizaban las 92,305 plazas.

Lo malo es que hasta el recientemente electo Barack Obama ha anunciado que el galopante déficit fiscal no le preocupa mucho, debido a que la recesión podría acentuarse, según podemos leer en Bloomberg. Un indicativo de lo severa de la recesión mundial es el precio del petróleo que ha venido cayendo de manera acelerada los últimos días hasta llegar a los $41 el barril, lo malo es que algunos economistas ya ven un barril de crudo a $25 para el próximo año. Esto ha llevado a la OPEP a programar una severa reducción en las cuotas de producción de sus miembros como una medida que busca contener la caída del precio del petróleo, pero eso poco efecto tendrá si es que la contracción de la demanda continúa como hasta ahora.

El viernes pasado en un artículo aparecido en TechCrunch titulado "¿Es el fin del Venture Capital como lo conocemos?", su autor Erick Schonfeld, analiza los efectos sobre el sector TIC de la tremenda destrucción de la riqueza producto del actual credit crunch, como resume en una simple frase: "El capital se ha secado, y las cosas podría empeorar antes que mejorar". Y lo cierto es que la mayoría de Startups de la web 2.0, habían abrazado el modelo introducido por Jeff Bezos con Amazon.com en la web 1.0 a finales de los noventa, que prioriza el crecimiento sobre la toma de beneficios, bajo esa mentalidad las empresas no financian su crecimiento de las utilidades generadas por ellas, sino de la inyección contínua de capital fresco aportado por inversionistas que esperan una muy alta rentabilidad por su dinero (capital de riesgo o Venture Capital). Esa filosofía de trabajo ya no es viable en el actual contexto económico.

Aunque Erick Schonfeld termina su artículo bastante optimista con el argumento de que ahora un Startup necesita mucho menos dinero para sobrevivir gracias al open source, la cloud computing y la tercerización a través de la web, yo creo que eso no sera suficiente para mantener corriendo a todos los actuales emprendimientos, si es que no consiguen ser rentables en un año a lo más. Recordemos que la única fuente de ingresos conocida de la web es la publicidad y hasta ahora el único que ha podido hacer dinero con ella ha sido Google, todos los demás aún no logran encontrar la forma de hacer rentable sus proyectos.

Por eso es que creo que aún no hemos llegado al fondo, es decir lo peor aún no ha llegado. En las minas de carbón se usaban canarios para detectar cuando los gases tóxicos habían llegado a niveles peligrosos, pues los canarios debido a su acelerado metabolismo morían mucho más rápido que los humanos que al verlos podían retirarce rápidamente de los túneles. Ahora creo que podremos usar a Twitter como nuestro canario para ver que tan tóxico esta el mercado de las web 2.0. La razón es obvia, este es el startup de la web 2.0 típico, se basa 100% en contenido producido por sus usuarios, no tiene publicidad, ni se le conoce fuente de ingresos, su base de usuarios es de varios millones y su operación es financiada integramente por capitales de riesgo, así que cuando veamos cerrar a Twitter, creo que habremos llegado al punto más oscuro del recorrido.

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