El día de hoy, sobre el final de la jornada recibí un e-mail de un familiar con el link a un post del blog "Actualidad Económica del Perú: Pequeñas Sumas" , de Pedro Francke, y la transcripción completa del post titulado "Gotea para abajo, diluvia hacia arriba".
Leí todo el posts y me pareció lleno de falasias e inexatitudes, especialmente si es que ha sido escrito por un economista. Porque sugerir que podemos resolver el problema de la pobreza del Perú, con simplemente hechar mano al 50% de las sobre ganancias de las mineras, no solamente es demagógico, sino que también es suicida, pues la inflación generada por una inyección de liquidez tan grande en el mercado nos pondría en una situación peor a la actual.
Envie un comentario cuestionando lo que se publicaba en dicho blog. Pero como mi comentario no está en la tónica del autor del blog, y puesto que desconfío que publique mi comentario, he decidido ponerlo aquí también.
"Cualquiera de las soluciones planteadas por tí:
1. Gastar 31 mil millones de soles en infraestructura
2. Darle 100 soles a cada una de los 2 millones de familias pobre eternamente.
Lo único que haría sería generar un inflación de la gran flauta. Además dar dinero a los más pobres por el simple hecho de que son pobres, es lunche gratis. Y ya se ha probado con desastrozas consecuencias durante el Velazcato, recordemos el famoso: "campesino, el patrón ya no comera más de tu pobreza".
Claro los hacendados tenían una sobre ganancia, así que se la dimos toda a los trabajadores, para que graciosamente quiebren las empresas.
El problema es que se parte del falso principio de que la pobreza es la causa de los problemas, cuando es lo contrario, hay problemas pre-existentes y la pobreza es una consecuencia de ellos. Aquellos que les guste las citas biblicas, recuerden el famoso "buscad el reino de los cielos y el resto se os dará por añadidura", ahora hagamos un pequeño cambio: "buscad la satisfacción del cliente y el éxito se os dara por añadidura".
Regalar plata no resuelve el problema de la pobreza, sino veamos el caso de la Venezuela Chavista, que es "Socialista del siglo XXI", que ha tenido una sobre-ganancia mucho mayor que la obtenida por las empresas mineras en el Perú, y esa sobre-ganancia ha ido directamente a las manos del estado (Chávez). Sin embargo a pesar de todo el gasto social que hay en Venezuela, las cifras de medición de la pobreza hechas por el mismo gobierno, tampoco bajan. Por qué?
La respuesta es obvia, la ayuda social en demasía genera una capa artificial de pobreza, constituída por gente cuyo oficio es ser pobre, ellos no desean salir de la pobreza, pues mientras se éste dentro del rango definido como pobre, el gobierno cubrirá sus necesidades básicas y no tendran que trabajar y por la ley del menor esfuerzo, cada vez más y más personas optaran por esta vía, porque la pobreza ya no es un estigma, es por el contrario un oficio. Lo cuál es realmente perverso e inmoral, premiar y fomentar la pobreza es lo único que consigue el asistencialismo.
Pregunta, si le quitaramos el 50% a los que se ganan una lotería, para ayudar a los más pobres, sería justo?. Por qué entonces sería justo quitarle ese 50% a las mineras, asumiendo como tu mismo lo dices que no ha sido por esfuerzo, sino por pura suerte, el que hayan obtenido una ganancia superior a la esperada.
Si alguien invirtió, generó trabajo, pago sus impuestos y tomo un riesgo, por el simple hecho de haber ganado más debe ser penalizado?
En el Perú aún seguimos creyendo que para ser justos debemos ser todos igualmente mediocres y pobres. Y aquel que tiene éxito debe ser castigado, porque tener éxito es moralmente inaceptable.
Meditemos sobre ésto, que tal si tú te compras un terreno que nadie quería, para ello haces un prestamo al banco y le pagas al dueño del mismo lo que te pide. Luego cuando comienzas a trabajar sobre el mismo descubres que hay un tesoro enterrado en él. Acaso llamas al anterior dueño y le dices mira lo que he encontrado, como tu fuiste el dueño anterior voy a compartir éste tesoro contigo.
Qué tal si no hay tal tesoro e hiciste mal los cálculos, o sencillamente tuviste una mala consecha con la consecuencia de que no puedes pagar la hipoteca del terreno, es justo que llames al anterior dueño y le digas, mira calculé mal y te he pagado demasiado, devuelveme algo de lo que te dí para poder pagar el préstamo que hice.
Cuando se hace un negocio se asume un riesgo, y a mayor riesgo mayor beneficio. Si les fue bien a las mineras, que bueno. Si les va mal, tampoco es problema del estado.
El libre mercado funciona en las dos vías, no pretendamos ser socialistas con las ganancias y neo-liberales con las pérdidas."
UPDATE: El comentario ya ha sido publicado en el blog "Pequeñas Sumas".
Estimado señor,
Sólo para comentar algunos puntos y señalar algunas falacias suyas (no falasias como usted escribe).
Ciertamente cualquier distribución de ganancias del tipo asistencialista o populista no marcha bien con las cuentas de cualquier empresa. El problema no es entonces aquel, sino el modelo económico que genera esas ganancias. En el caso de las mineras, habría que refrescarle la memoria a usted y a otros entusiastas de la economía del «libre mercado» que la actividad minera en el Perú no es sólo auqella actividad tan perfecta que » invirtió, generó trabajo, pago sus impuestos y tomo un riesgo» sino una actividad que se sigue desenvolviendo en el Perú por medio de mecanismos sucios de regalías, estàndares ambientales casi nulos, legislaciones fabricadas a medida de sastre y mucho más. Es verdaderamente penoso que en el caso particular del Perú, se pueda seguir hablando de entidades como las mineras en aquellos términos tan recortados. ¿Quiere comparar aquellos paupérrimos estandares con los de mineras que operan en países con legislaciones sólidas? Bueno, entonces he ahí el punto central relativo a las super-ganancias de las mineras que originan muchas de las propuestas populistas de re-distribución. No tengo los datos para arguir en favor o en contra de aquello (desde un punto de vista estrictamente micro-econòmico) pero ciertamente el enriquecimiento desmedido y en verdad ilícito de los empresarios mineros y sus ejército de técnicos-lacayos -debido a los mecanismos ya mencionados- es evidente. En realidad, una de las tantas formas de enriquecerse ilegalmente en este país de Jauja del abuso. Yo sugeriría entonces olvidar toda esa prédica asistencialista, pero también olvidar esa prédica del exitoso agente económico que usted repita por zilionésima vez. Ambas propuestas son patéticas y repetitivas. ¿Porqué no, simplemente suprimir la actividad sucia de esas compañías y sustituirlas por una actividad regulada por una legislación favorable al país y democráticamente diseñada? ¿Qué tal, si tan sólo las mineras funcionaran con estandares laborales, ambientales y sociales cómo los que se conocen en Canadá o Australia? Yo preferiría ver eso a la humillante repartición de limosnas, y luego podría creer en toda esa su cháchara del agente económico eficiente y exitoso.
Pues para ganar bien, hay que ganar sin hacer trampa.
Y sólo una precisión más acerca del «Velazcato» (¿otro cliché terminológico?) Su caricatura de «Claro los hacendados tenían una sobre ganancia, así que se la dimos toda a los trabajadores, para que graciosamente quiebren las empresas.» Bueno las únicas empresas habían sido establecidas en aquel tiempo por un puñado reducido de haciendas, o ¿es que usted llama empresa a una propiedad con reglas de sometimiento total de bestias humanas y de «indios sub-humanos» trabajando para algún señor feudal serrano? Hasta donde yo sè, el concepto de «empresa» no llega tan lejos, ni tampoco el concepto de «super-ganancia». Y así, nuevamente, al igual que su caracterización de un noble capitàn de empresa de la minerìa, usted nuevamente deforma la realidad con desfachatez ideològica. Primero que todo, no hay hechos històricos que «demuestren» ningun aserto abstracto dentro de la historia, tal como usted lo afirma («Y ya se ha probado con desastrozas consecuencias durante el Velazcato»). Y si la reforma agraria de Velazco no resolvió el problema de la pobreza en el campo, y si su experimento resultò un fracaso en muchos aspectos, eso no tiene nada que ver con la «falasia» acerca de la redención de los pobres con el dinero de las mineras o cualquier forma de asistencialismo. Simplemente usted no puede probar una cosa con otra, pues lso problemas suscitados por la rígida estructura feudal en el Perú, la reforma agraria, y el ambiente socio-econòmico y polìtico de aquel momento no pueden ser equiparados a una actividad de pillaje -como la minerìa y otras similares- con una de sus fòrmulas abstractas de dudosa calidad intelectual y llenas de clichés ideológicos. Ciertamente entre aquellos procesos habràn vasos comunicantes, pero ellos no se cruzan gracias a sus mitos, sino en ùltima instancia, a través de la triste historia de saqueo, que es la historia del Perú.
Por ahí habría que empezar a caracterizar las cosas para tener una perspectiva más amplia de las cosas.
Ernesto Huamán