El día de hoy en un artículo aparecido en BloombergNews, he leído que el CEO de Microsoft, Steve Ballmer, amenaza a la administración Obama con mover algunos puestos de trabajo fuera de los Estados Unidos, si el congreso aprueba el proyecto de ley presentado por el presidente de gravar las ganancias que obtienen las compañías americanas en sus sucursales fuera del país.
Las palabras de Ballmer fueron las siguientes: "It makes U.S. jobs more expensive, … We’re better off taking lots of people and moving them out of the U.S. as opposed to keeping them inside the U.S." (Traducción: "Esto hace los trabajos en Estados Unidos más caros, … Nosotros estaríamos mejor trasladando grupos de personas y reubicandolas fuera de los Estados Unidos que hacer lo opuesto de mantenerlos dentro de los Estados Unidos").
Las actuales leyes federales sobre impuestos permiten a las compañías difereir el pago de hasta el 35% de sus utilidades obtenidas en el extrangero, mientras el dinero de dichas utilidades sea invertido en el extranjero. La propuesta de Obama lo que busca es acabar con este tipo de incentivos y por la tanto gravar el total de la utilidades obtenidas en el extranjero, con lo cuál las empresas obtendrian mayores ventajas tributarias invirtiendo en Estados Unidos, donde los salarios pagados serían utilizados para deducir las utilidades y por lo tanto pagar menos impuestos. Con eso la administración Obama planea revivir la alicaída economía norteamericana.
El modus operandi de Microsoft, y de algunas otras grandes corporaciones norteamericanas ha sido el siguiente, según Barry Bosworth. Microsoft mentenía el desarrollo de productos como Windows en los Estados Unidos y deducía estos altos costos de personal contra sus ingresos en Estados Unidos. Por otro lado transfería la tecnología desarrollada a su filial en Irlanda por ejemplo, donde los impuestos corporativos son menores, sin exigir un pago de licenciamiento a la filial irlandesa. La compañía asignaba los beneficios de comercializar el producto desarrollado a su sucursal en Irlanda con lo que no tenía que declarar dichos ingresos en Estados Unidos. Debido a la maniobra anterior Microsoft deducía los altos costos de desarrollo en Estados Unidos, y contabilizaba las ganancias en su sucursal de Irlanda, donde los impuestos son menores.
Ballmer ha declarado que si la ley es aprobada, tendría por obligación con los accionistas de la empresa, hacer outsourcing de varios puestos de trabajo que actualmente están en Estados Unidos, para poder seguir manteniendo sus objetivos empresariales. Lo que Ballmer no dice es que el hacer esa movida le significaría a Microsoft más impuestos y no menos. Con la nueva ley ya no importa donde se generen las utilidades, si la empresa es americana debe pagar sus impuestos al gobierno americano. Bajo esa premisa hacer outsourcing es maximizar los utilidades, porque las deducciones de salario serían menores, con lo que al final la empresa terminaría pagando más impuestos.
La lógica de Ballmer, digna de un infante de 8 años, es un prueba feaciente del gran error estratégico cometido por Gates, que momento de retirarce de la compañía que el fundó, nombró como su sucesor en la dirección de la empresa de software más grande del mundo a un vendedor y no a un ingeniero.
Coincido, con la salvedad que Gates también es un vendedor y no un ingeniero; pero su fundación a lo carnegie necesitaba de SU gran neocortex.
Andrew Carnegie, el hombre más rico del mundo en 1907, quién dejó a un lado el acero y se dedicó a la Geoestrategia desde la Endowment For International Peace ¿Por qué será que solo un siglo después se repite la acción por parte de William Gates?