El día de ayer fue un día terrible para Grecia y la eurozona en general, Standard and Poor’s finalmente bajo la calidad de los papeles de deuda griega en su ranking de riesgo (comunicado oficial aquí). Oficialmente la deuda griega está en la categoría "junk", lo cual no es tan malo si queremos ser optimistas, ya que existen países aún con peores calificaciones, pero que ciertamente mató toda esperanza del gobierno griego de poder refinanciar la tremenda deuda que tienen de una manera favorable. Grecia luego de esto ha perdido toda capacidad de negociación con sus acreedores.
Si el problema fuera sólo de Grecia, creo que alguien como yo no estaría blogeando sobre el tema (por ejemplo nunca he blogueado sobre la crisis financiera de las repúblicas bálticas). El verdadero problema es que Grecia ha contagiado a otros países europeos, especificamente hablo de los casos de Portugal y Polonia que han visto incrementados los CDS (Credit Default Swap) de sus bonos a cinco años. Un CDS es un seguro que se compra sobre un bono para garantizar el pago del principal si el país o la institución que emitió el bono incumple el pago de los intereses o se declara en insolvencia.
Pero por qué titulo este post "Ironía en New York", pues porque el día de ayer en el famoso "Toro de Wall Street" estaba ondeando la bandera griega al lado de la americana, como se puede ver en la foto que acompaña este post. Usualmente cuando hay invitados de un país extranjero a la Bolsa de New York, su bandera es izada en un extremo de la plaza "Bowling Green" donde está el archiconocido "Toro de Wall Street".
Volviendo al tema griego, para explicarlo en palabras sencillas no hay como las dichas por Santiago Niño Becerra en su último post de "La Carta de la Bolsa", en donde nos explica como parábola la naturaleza del problema europeo:
"Un sujeto con posibles limitados tiene aspiraciones de entrar en un elitista club por lo que formaliza una solicitud de admisión.
El consejo de gobierno de ese club le pide papeles, informes, números, justificantes, y es sujeto se da cuenta de que no puede cumplimentar todas las formalidades por lo que maquilla algunas de ellas.
El consejo de gobierno, que no tiene ni un pelo de tonto porque, si no, sus miembros no ocuparían esos cargos, se dan perfecta cuenta de la triquiñuela, pero valora la situación.
Se reúne por vídeo conferencia con alguien que se halla en el piso 67 de una torre de oficinas de algún barrio de negocios de alguna gran ciudad y con otro alguien que se halla navegando en un yate por un mar local, y de esa reunión sale que, teniendo en cuenta las posibilidades que brinda dar como buenos esas formalidades, se opta por darles el OK.
Ese sujeto entra en el club, y durante varios años todo son sonrisas y parabienes hasta que un día se pone de manifiesto que los gastos del club superan a sus ingresos, la subsiguiente auditoría pone de manifiesto una serie de temas, entre ellos las maquillaciones del antiguo aspirante.
El consejo de gobierno del club llama a ese miembro al orden, y le obliga a presentar un plan para poner al día la información que debe presentar al club; el miembro presenta ese plan y solicita ayuda técnica para implementarlo, pero le dan largas porque lo cierto es que no solo ese miembro tenía problemas y recurrió al lifting en sus papeles.
Ese miembro problemático, primero, amenaza con incumplir el plan, luego amaga con acudir a la central del club y quejarse del trato recibido, después declara que tal vez no pueda hacer frente al plan aprobado, finalmente comunica que no podrá atender al plan.
¿Cuál es el problema de fondo?, que en puridad, ese miembro nunca debió haber sido admitido en ese club, y que los apoyos que recibió para incorporarse se dieron porque los miembros del consejo no formaban una piña, al contrario: abundaban las disensiones entre ellos, disensiones que alimentaban intereses particulares.
Cuando ese personaje fue admitido en el club se aceptaba, se admitía, que las cosas de la economía iban apreciablemente bien, por lo que los daños que el maquillaje de sus papeles ocasionaron fue muy limitado; luego, cuando el hecho se puso de manifiesto las cosas económicas llevaban tiempo mal, y los efectos fueron dañinos porque sembraron la desconfianza. Ahora todos los implicados están rezando para que pase el temporal y esos efectos se diluyan, pero las tendencias apuntan a que las cosas de los dineros se van a poner francamente mal, a la vez, ya hay voces que están diciendo que la situación en que se hallan otros miembros es delicada y compleja.
Y en eso está el club. ¿Se imaginan cuál puede ser el desenlace de esta historia?."