Cuando en agosto del 2007 escribí el post "La crisis que enfrentamos", era parte de una minoría que creía que el colapso del sistema financiero mundial y como consecuencia una recesión de escala planetaria nunca antes vista era inevitable. La gran mayoría, incluyendo los más brillantes economístas hablaban de desacople, de China como el nuevo motor de la economía mundial, del BRIC y los otros países emegentes, de que la FED podría estimular la economía americana a través de políticas monetarias conocidas y se volvería pronto a la normalidad. Hoy, tres años más tarde, los más optimistas esperan a que este mínimo crecimiento del PIB pueda ser mantenido y salgamos de la "gran recesión" en unos cinco años más. Los que son menos optimistas esperan que Estados Unidos repita los veinte años de estancamiento que ha vivido la economía japonesa en los últimos años. Los pesimistas como Gerald Celente, hablan de revolución en Estados Unidos.
Los que siguen este blog, recordaran que he comentado bastante sobre los análisis de Santiago Niño Becerra, porque me parecen que al igual que los Niall Ferguson, describen bien el problema actual, como el agotamiento simultáneo de la capacidad de endeudamiento, de los hogares, gobiernos locales y regionales, gobiernos nacionales y empresas transnacionales. Razón por la cual aplicar políticas keynesianas, no sólo resulta inútil, sino que sencillamente nos hundé más aún en el abismo de la deuda.
Ayer el índice Nikkei cayó 3.5% a su mínimo en 16 meses arrastrando a las economías de Asía con él, al mismo tiempo Moody’s comienza a cuestionar la recapitalización de bancos chinos, algo que hasta no hace mucho no criticaba. Y es que en la última década se ha gastado mucho más alla de la capacidad de pago de todos, y cuando se dice todos no hay excepciones.
Como bien lo dice Santiago Niño, ahora lo que se busca es mantener las cosas como están, porque el antiguo manual de recetas económicas ya ha dado todo de sí y aún el nuevo no se ha escrito. Es decir estamos en el desafortunado momento en que el sistema se está ajustando y por lo tanto todo es experimental. Sin embargo, tanto los políticos como el público en general aún piensan de que el milagro es posible, que podremos salir de esta sin esfuerzo ni sacrificio. Por lo tanto todos oyen aquello que desean oir, aunque haya lugares como este y otros muchos mejores también, donde hemos comentado que un ajuste de la forma como vivimos es imprescindible para poner en orden la economía mundial.
El viernes todos celebraron porque los índices bursátiles recuperaron en una jornada lo perdido en la semana, sin embargo ayer lunes lo ganado el viernes se perdió. Hoy probablemente veamos otra caída en los mercados, será este el crash, puede ser; ya hay varios indicadores técnicos que están anunciando desde hace mucho que una caída del mercado bursátil es inevitable. Pero, a menos que Ud. tenga 65 o esté proximo a la edad de retiro, el hecho de que colapse el mercado bursátil podría tenerlo sin cuidado, sin embargo el inevitable colapso del sistema financieron mundial, como consecuencia de una administración digna de cualquier bodega de esquina, puede ponernos a todos al borde de una crisis mundial de dimensiones desconocidas.
¿Por qué un banco es diferente a cualquier otro negocio?, a diferencia de una bodega de barrio, una fábrica de zapatos o cualquier otro negocio que opera con su propio capital y si quiebra este capital desaparece; en el caso de un banco la operación de este es con dinero de sus ahorristas y si el banco quiebra con pérdidas superiores al 5% del patrimonio, el dinero que se pierde ya no es el del dueño del banco, sino el de los ahorristas del mismo.
Por qué se desea seguir como estamos, si es que estamos tan mal. Pues simplemente porque decir la verdad sería aceptar que muchos ahorristas han perdido su dinero y es materialmente imposible devolverles sus ahorros. De alli que la tan mentada política de la FED de hacer todo lo necesario para evitar la "deflación", no es más que un intento de salir del hoyo a base de inflar los precios y devolverle a los ahorristas dinero que ha perdido su valor gracias a la inflación. Por lo tanto la siguiente parada de esta tragicomedia que es la economía mundial es la estanflación.