¿Cuánto dura un monopolio de la información en la era de Internet?

En el post de ayer "Los nuevos oligarcas", traduje el interesante artículo del catedrático universitario Tim Wu sobre como en Internet existe sólo una empresa que monopiza un determinado sector, por ejemplo Google las búsquedas, Facebook las redes sociales y Amazon el comercio minorista, como ejemplos claros de que si bien es cierto Internet ofrece unas barreras muy bajas para que cualquier emprendedor pueda inciar un nuevo negocio, cuando esta nueva idea crece, tiende a formar monopolios que en el largo plazo han probado se muy perjudiciales para el desarrollo de nuesvas tecnologías.

Pero Erick Schonfeld, en un post aparecido en TechCruch se pregunta "¿Cuánto dura un monopolio de la información en la era de Internet?", y consiguió una interesante pieza de información del mismo Tim Wu, una sección de la comlumna que escribió que arguye que el editor del Wall Street Journal dejó de lado. Ya que este tema es de mi interés y deseo dar una visión lo más objetiva posible sobre la situación presente y futura de Internet he decidido traducir el post de Schonfeld también y aquí está:

¿El Internet tienden a monoplios naturalmente? el catedrático de Derecho de la Universidad de Columbia, Tim Wu hace una fuerte argumentación sobre ello en un artículo de opinión en The Wall Street Journal este fin de semana. Si bien hay mucha diversidad en Internet y pocas barreras a la creación de negocios en línea, el señala que categoría tras categoría está dominada por una sola empresa: Google, Facebook, Amazon, Skype, Twitter, Apple y eBay.

Wu escribe:

El Internet ha sido presentado como un modelo de lo se supone es el libre mercado donde aparece la competencia en su estado puro. Entonces, ¿por qué se parece cada vez más a  un tablero de Monopolio? La mayoría de los sectores más importantes hoy en día están controlados por una empresa dominante o por un oligopolio. Google es el "dueño" de la búsqueda, Facebook, es el de las redes sociales, para las subastas está eBay, Apple domina la entrega de contenido en línea, Amazon, el mercado minorista, y así sucesivamente.


Si se define un mercado con un margen lo suficiente estrecho, es fácil hacer que cualquier compañía se vea como un monopolio. Pero vamos a reconocer que Internet crea una gran ganador que se lleva la mayor parte del mercado, si es que no se lleva todo, en la mayoría de las situaciones. (Una empresa puede efectivamente tener el poder de monopolio sin técnicamente poseer el 100 por ciento del mercado). La gran pregunta es: ¿Qué tan duradero son monopolios de información en Internet?

El mismo factor que da lugar a estos monopolios tan rápido puede llegar a ser su perdición: la falta de fricción. Los costes de cambiar son casi inexistentes para la mayoría de productos en Internet. Cada producto o servicio en competencia esta literalmente, a sólo un clic de distancia.

Si hay una cosa que nos encierra, somos nosotros mismos. Se trata de los efectos de red en juego a través de Internet que ayudan a construir estos monopolios naturales más rápido de lo que de otra forma sería posible. Wu señala deliberada de esto:

Fuimos nosotros, colectivamente, que hicimos a Google y Facebook dominantes. Los sitios más grandes eran más rápidos, mejores y más fáciles de usar que sus competidores, y los beneficios sólo crecian a medida que más usuarios se unian. Pero todas esas decisiones individuales racionales para iniciar sesión en los mismos lugares fue lo que arrojó un resultado que nadie desea, en principio, un mundo con menos opciones.

Cada vez que seguimos al líder por razones aparentemente buenas, la consecuencia es una reducción de nuestras elecciones. Este es un principio importante de la economía de la información: La posición dominante en el mercado rara vez es tomada a la fuerza ya es entregada, y esta rendición no nace de una decisión deliberada sino de seguir la corriente.


Cuanta más gente utilice el buscador Google, este se convierte en algo mejor, a más gente esté en Facebook, más necesidad de estar en ella, a más gente vaya a vender en eBay, este atrae a más compradores, y así sucesivamente.

Ciertamente, los monopolios de información existen y pueden persistir. Miremos el eterno control de Microsoft en los sistemas operativos de escritorio. Sin embargo, la vida media de la dominación del mercado parece estar disminuyendo. AT&T gobernó durante 70 años, Microsoft gobernó por unos 25, hasta ahora Google ha gobernado durante 10. Facebook será la siguiente en reinar, y así sucesivamente, pero ¿por cuánto tiempo?

El monopolio es un muy mala y malévola palabra, pero no todos los monopolios son malos. Una de las razones principales por la que los monopolios fueron regulados en primer lugar fue debido a su poder de fijación de precios, pero los monopolios de la información actual proporcionan muchos de sus servicios de forma gratuita. Es difícil argumentar perjuicio a los consumidores cuando los consumidores o bien no están pagando mucho o están pagando muy poco. (Amazonas, por ejemplo, mantiene su posición dominante en el comercio electrónico a través de precios bajos). Muchos de los monopolios de la información actual están más interesados en la recopilación de los datos que en tomar nuestro dinero.

El argumento más fuerte es que los monopolios de la información desalientan la competencia, y que en última instancia, limitan la elección y la innovación. Miremos las búsquedas. Habría que estar loco (o Blekko) para lanzar una nueva empresa de búsqueda hoy en día y tratar de ir en contra de Google.

Pero eso nos lleva de nuevo a la cuestión de la durabilidad. Si el poder de Google es transitorio, ya que perdió el barco de las redes sociales, entonces ¿realmente importa si tiene el poder cuasi-monopolico en las búsquedas? Si bien es una buena idea permanecer vigilantes contra el aumento de los monopolios de la información, Internet seguirá moviéndose más rápido que las leyes o los reglamentos puedan mantener el ritmo.

Actualización: Le pregunté a Tim Wu qué tan duraderables el considera que estos monopolios de la información serán, y él está de acuerdo, "Esa es la gran pregunta. Lamentablemente mis párrafos sobre esta cuestión se eliminaron del artículo "Aquí están los puntos, que el Wall Street Journal no quería que Ud. leeyera:

¿Son los monopolios de hoy en día en Internet realmente comparable con los monopolios de información de otras eras, como AT&T, los estudios de Hollywood, y la NBC? Informado por el apóstol de la destrucción creativa de Joseph Schumpeter, algunos coinciden en que los monopolios de Internet son inevitables, pero insisten también en que también son inherentemente vulnerables y efímeros. Sólo espere y los monopolios de hoy en día se reformarán o serán destruidos por las fuerzas perturbadoras del mercado. Bing pudo haber tenido un comienzo lento, pero todavía este puede sobrepasas a Google, y si no, tal vez el surgimiento de aplicaciones móviles hará que los motores de búsqueda sean irrelevantes por completo. La teoría se basa, en parte, de una verdad inescapeable: todas las cosas cambian.

Es posible que estemos viviendo en un mercado libre de un tipo muy diferente a la prevista por Adam Smith. Él creía que un mercado libre significaría muchas empresas que compiten para vender sus productos al precio más bajo. Es una visión de los sucesivos imperios industriales por mantenerse en el poder sólo mientras disfrutan de mandato del Cielo. Y, de hecho si, por ejemplo, el dominio de Facebook a través de cualquier red social se limitara de alguna manera, digamos a 10 años, o mejor aún al momento que la empresa pierda su superioridad técnica, la idea misma de monopolio podría parecer bastante sana.

Exactamente.

Los nuevos oligarcas

En ciencias políticas se usa el término oligarquía para hacer referencia a un sistema político en el cual el poder político y económico se encuentra en pocas manos, se diferencia de las monarquías en el hecho de que la oligorquía se basa en un sistema de meritocracia y las monarquías en cambio están definidas por vínculos sanguineos.

El término oligarquía hizo su aparición para hacer referencia a la primera generación de super empresarios que llegaron a acumular más riqueza que la nobleza europea y por lo tanto tener gran influencia política, entre ellos por ejemplo se encuentran en norteamérica Andrew Carnegie, J. P. Morgan o John D. Rockefeller, cada uno controlando un monopolio en su respectivo sector económico, de alli que al conjunto de empresarios que poseeían el control de estas industrias estratégicas se les llamara oligarcas.

Como una consecuencia de la falta de una red de protección social que ayudara a los más débiles de la sociedad, el término oligarca se asoció a personas inmesamente ricas, con una ambición desmedida y que no deseaban compartir su riqueza con nadie. Luego del crash del 1929 y la siguiente Gran Depresión, la reestructuración de la sociedad americana hizo que el término perdiera vigencia y por el contrario durante el período comprendido entre 1950 y 1980 fue el sector de la sociedad que más altos impuestos tuvo que pagar, llegando hasta un máximo del 91% (detalles aquí).

A raíz de la llegada de Ronald Reagan a la presidencia de los Estados Unidos y su famosa frase de que "En la presente crisis, el gobierno no es la solución a nuestro problema; el gobierno es el problema", comenzó el proceso inverso, se les fue disminuyendo los impuestos a los que más ingresos tenían a la par de que se fue reduciendo la cobertura de la red de asistencia social, durante unos años, esto produjo el efecto deseado y el boom económico resultado de la avaricia del nuevo empresariado que tiene su mejor expresión en Gordon Gekko, personaje de ficción de la película Wall Street, dio como resultado otra era dorada para el capitalismo estadounidense, pero ahora nadie llamaba a estos superempresarios oligarcas, por las connotaciones despectivas que tenía la palabra aunque en la práctica personajes como: Bill Gates, Steve Jobs, Sergey Brin, Larry Page y Mark Zuckerberg, sean todos ellos efectivamente oligarcas modernos.

No es sólo mi apreciación, el día de ayer en el Wall Street Journal, Tom Wu, catedrático de leyes en la Escuela de Leyes de la Universidad de Columbia y autor del libro "El interruptor maestro: El ascenso y caída de los Imperios de la Información", escribió una columna que no tiene desperdicio y que titula "En las manos de los nuevos monopolistas". Es por ello que me he tomado la molestia de traducirla:

¿Qué tan difícil sería pasarnos una semana sin Google? O bien, para subir la apuesta, sin Facebook, Amazon, Skype, Twitter, Apple, eBay y Google. Nos sería imposible, pero incluso para un usuario moderado de Internet, sería un dolor real. Renunciar a Google y Amazon es un inconveniente; pero renunciar a Facebook o Twitter significaría renunciar a categorías enteras de actividad. Para la mayoría de nosotros, evitar las empresas dominantes de Internet sería mucho más difícil que evitar pasar por Starbucks, Wal-Mart o cualquier otra empresa que domine algún rincón de lo que alguna vez se llamó el mundo real.

El Internet ha sido presentado como un modelo de lo se supone es el libre mercado donde aparece la competencia en su estado puro. Entonces, ¿por qué se parece cada vez más a  un tablero de Monopolio? La mayoría de los sectores más importantes hoy en día están controlados por una empresa dominante o por un oligopolio. Google es el "dueño" de la búsqueda, Facebook, es el de las redes sociales, para las subastas está eBay, Apple domina la entrega de contenido en línea, Amazon, el mercado minorista, y así sucesivamente.

Hay Cachemiras digitales, territorios en disputa que quedan en la tierra de nadie, como es la edición digital. Sin embargo, los dominios de las grandes empresas han disfrutado de fronteras sorprendentemente seguras a través de los últimos cinco años, sus principales mercados están seguros. Bing de Microsoft, lanzado el año pasado por un gigante con $ 40 mil millones en efectivo en la mano, ha capturado un mero 3,25% del volumen de busquedas (Google se reserva el 83%). Sin embargo, nadie espera que Google Buzz vaya a invadir en serio el mercado de Facebook, o para el caso, Skype sea el relevo de Twitter. A pesar de las incursiones fronterizas son las empresas dominantes las que se mantienen a pie firme, en gran parte han fracasado en emprendimientos comerciales.

El aumento de la aplicación (un programa dedicado que se ejecuta en un dispositivo móvil o Facebook) puede parecer a impugnar la clasificación clara de funciones entre un puñado de empresas, pero incluso este desarrollo es parte de la tendencia más amplia. Para mantenerse con vida, todas las aplicaciones deben asegurar un lugar en la plataforma de un monopolista, aunque hayan financiado largamente estos emprendimientos comerciales.

El aumento de las aplicaciones o apps (un programa dedicado que se ejecuta en un dispositivo móvil o Facebook) puede parecer a impugnar la clasificación clara de funciones entre un puñado de empresas, pero incluso este desarrollo es parte de la tendencia más amplia. Para mantenerse con vida, todas las aplicaciones deben asegurarse un lugar en la plataforma de un monopolista, fortaleciendo así el dominio del monopolista en el mercado.

Las actuales fronteras en Internet probablemente cambiarán con el tiempo, especialmente con la aparición de nuevos mercados. Pero es difícil evitar la conclusión de que estamos viviendo en una época de grandes monopolios de la información. ¿Podría ser que el libre mercado en la Internet en realidad tiende a los monopolios? ¿Podría incluso ser que la demanda, de todas las cosas, esta en realidad representada en este libre mercado online -que los norteamericanos, tan diversos e individualista, en realidad aman a estos monopolios?

La historia de las Empresas de la Información en América sugiere que la respuesta a ambas preguntas es "sí". En el largo plazo, la libre competencia ha sido la excepción, el monopolio ha sido la regla. Aparte de breves períodos de apertura creada por los nuevos inventos o nuevas leyes antimonopolio, todos los medios, empezando por el telégrafo, han provado eventualmente ser un caso de estudio de monopolio. De hecho, muchas de estas empresas todavía están entre nosotros, aunque no tan poderosas como lo eran antes, como por ejemplo AT&T, Paramount y NBC.

El desarrollo de las industrias de Internet ha sido casi como el de cualquier otra industria que depende de una red: Una sola empresa puede dominar el mercado si el producto se vuelve más valioso para cada usuario conforme aumenta el número de usuarios. Estas redes tienen una tendencia natural a crecer, y que dicho crecimiento conduce a la dominación. Esa fue la clave para el monopolio de los telégrafos de Western Union en el siglo 19 y el monopolio telefónico de su sucesor, AT&T. Las líneas de Bell simplemente llegaron a más personas que cualquier otra empresa, por lo que cada vez más clientes llegaron a depender de ellos en un circuito de retroalimentación que permitió ampliar la cuota de mercado. A más clientes la empresa tenía, esta se volvía más invulnerable a la competencia.

Sin embargo, en una tierra donde por lo menos dos mega-colas y dos marcas de pañales pueden dominar indefinidamente, ¿por qué hay tantos mercados de la información donde sólo una empresa domina? La explicación parece residir en la  famosa preferencia de los americanos por la conveniencia. Con las redes, el tamaño aporta comodidad.

Tengan en cuentan que, a finales de la década de los 1990, habían muchos competidores en motores de búsqueda, como Lycos, Altavista y Bigfoot. En la década de los 2000, había muchos sitios de redes sociales, incluyendo Friendster. Fuimos nosotros, colectivamente, que hicimos a Google y Facebook dominantes. Los sitios más grandes eran más rápidos, mejores y más fáciles de usar que sus competidores, y los beneficios sólo crecian a medida que más usuarios se unian. Pero todas esas decisiones individuales racionales para iniciar sesión en los mismos lugares fue lo que arrojó un resultado que nadie desea, en principio, un mundo con menos opciones.

Cada vez que seguimos al líder por razones aparentemente buenas, la consecuencia es una reducción de nuestras elecciones. Este es un principio importante de la economía de la información: La posición dominante en el mercado rara vez es tomada a la fuerza ya es entregada, y esta rendición no nace de una decisión deliberada sino de seguir la corriente.

No deberíamos preocuparnos tanto de un monopolio si es que este viene con un plazo límite. Si el reinado de Facebook en las redes sociales se limitara de algún modo, digamos, a 10 años, o mejor aún que termine en el momento que la empresa pierde su superioridad técnica, la idea misma de monopolio podría parecer casi sana. El problema es que las empresas dominantes al igual que los miembros titulares del Congreso y los dictadores africanos: Rara vez renuncian incluso cuando está claro que su mejor tiempo ha pasado. Cuando enfrentan su declive, hacen todo lo posible para mantenerse en el poder. Y es entonces cuando el resto de nosotros sufrimos.

El dominio casi absoluto de AT&T sobre los teléfonos duró desde 1914 hasta su disolución en 1984, durante todo ese tiempo retrasó la introducción de precios más bajos y tecnologías innovadoras que eventualmente los nuevos operadores podrían traer. Los estudios de Hollywood tomaron el control efectivo del cine estadounidense en la década de 1930, e incluso ahora, unas debilitadas versiones de ellos permanecen a cargo. Los monopolios de la información pueden tener muy larga vida media.

La decadentes monopolios de la información a menudo encuentran una cuerda de salvamento en la forma del Tío Sam. El gobierno ha otorgado su bendición sobre los monopolios en las industrias de la información con una frecuencia inusual. A veces esta protección ha dado beneficios recíprocos, con los dueños de las redes de información que ofrecen al estado algo valioso, a cambio de por ejemplo escuchas telefónicas sin orden judicial.

La larga dominación de las cadenas de radiodifusión NBC, CBS y ABC fue protegida por el gobierno primero de las radios FM (las grandes cadenas estaban atrapadas en AM) y más tarde de la industria de la televisión por cable, que se suprimió durante décadas. En la actualidad, el dominio que tienen Verizon y AT&T del servicio de teléfonía celular puede ser acreditado en parte a la ayuda de facto de gobierno de los EE.UU., y por tanto su lugar es probablemente el más seguro en toda la industria. Los monopolios pueden ser un desarrollo natural, pero los más perdurables son generalmente patrocinada por el estado. Tanto más cuanto que nadie ha concebido una mejor manera de frenar competidores que hacerlos cumplir con la compleja reglamentación federal.

Los Info-monopolios tienden a ser de bueno a excelente en el corto plazo y de malo a terrible en el largo plazo. Durante un tiempo, las empresas ofrecen grandes comodidades, las eficiencias de gran alcance y las innovaciones deslumbrantes. Es por eso que el monopolio de los jóvenes es a menudo asociada a la edad de oro de un medio. Hoy en día, un motor de búsqueda ha hecho prácticamente la vida de todos más simple y más fácil, al igual que una red de telefonía sólo hace 100 años. Los monopolios también generan enormes beneficios que pueden ser reinvertidos en la expansión, la investigación e incluso proyectos públicos: AT&T cableo los Estados Unidos e inventó el transistor, Google está escaneando las bibliotecas del mundo.

El inconveniente se presenta más adelante, a medida que el monopolio y la voluntad de innovar sustituye por mera voluntad de poder. En la década de 1930, AT&T había adoptado la extraña medida ludita de suprimir su propia invención de la grabación magnética, por temor a que disuadiera el uso del teléfono. Los costos del monopolio están en su mayoría a cargo de los empresarios y los innovadores. A largo plazo, las consecuencias afectan a la población de manera más sutil, con el cambio de la que alguna vez fue una de las partes más dinámicas de la economía comienza a estancarse.

Es por estos efectos negativos por lo qué gente como Theodore Roosevelt, Louis Brandeis Thurman y Arnold consideraban a los monopolios como un mal a ser destruido por los tribunales federales. Tomaron una lectura más literal de la Ley Sherman, que establece: "Toda persona que monopolice … será considerado culpable de un delito grave". Pero hoy no tenemos el corazón para hacerle la eutanasia a una empresa sana como Facebook sólo porque es enorme y puede saber más sobre nosotros que el IRS.

El Internet es todavía relativamente joven, y seguimos en la edad de oro de estos monopolios. También podemos encontrar consuelo en el hecho de que la mayoría de los gigantes de Internet profesan una toma de conciencia de sus increíbles poderes y un cierto sentido del deber al público asistente. Tal vez, si estamos atentos, podemos prolongar la fase benigna de su gobierno. Pero no vamos a pretender que vivimos en otra cosa que una época de monopolios.

La guerra por el talento

En los últimos días lo que ha llenado los titulares es la batalla entre Google y Facebook por acaparar el más valioso de los recursos estratégicos en está era de la información, el elemento humano. Primero fue el rumor publicado por Business Insiders, que posteriormente fuera confirmado por la misma Google,  de un aumento general del 10% a todos sus empleados acompañado de un bono por fiestas de $1000, pero hoy me he encontrado por CNet que Google dará un aumento del 30% a sus ejecutivos seniors entre ellos Patrick Pichette, Nikesh Arora, Alan Eustace y Jonathan Rosenberg, que según la misma fuente veran incrementado su salario de $500,000 a $650,000 el próximo año.

La guerra para acaparar a los ingenieros ha llegado a tales niveles que TechCrunch reportó esta semana que un ingeniero del staff de Google que había renunciado para ir a Facebook, recibió una oferta de 3.5 millones de dólares en acciones de Google para volver a la compañía. Pero tiene sentido está puja entre las grandes empresas del sector tecnológico por conseguir el mayor número de "estrellas", que más se parecen a los fichajes de un equipo de fútbol, que la usual practica de contratación en las empresas del Valle del Silicio, entre las cuales Google tenía la reputación hasta no hace mucho de ser la más selectivas a la hora de contratar personal, sometiendolos a un estricto proceso de evaluación que involucraba muchas pruebas de inteligencia antes de firmar con alguno. ¿Qué está sucediendo ahora?

Antes de ensayar mi respuesta deseo compartir con Uds., este interesante gráfico que he encontrado en un artículo del Wall Street Journal, sobre la actual guerra de talento en la que se encuentra Google, en el cual podemos ver como a lo largo de todo el sector de empresas web las nuevas contrataciones han sido una constante, con Twitter doblando el número de empleados a lo largo de este 2010:

War for Talent

Mientras el desempleo es uno de los males endémicos de la economía estadounidense, como resultado de los despidos para controlar los costes en la mayoría de las empresas, sorprene lo agresivas que han sido estas empresas en sus contrataciones a lo largo del presente año.

Tal vez una de las razones para este frenesí, es la gran cantidad de dinero en efectivo que tienen los angeles inversores, inversionistas de riesgo y las mismas empresas involucradas en está guerra de talentos, como resultado de la política expansiva de la masa monetaria que está aplicando la FED (el Quantitative Easing) para reactivar la economía y que lo único que ha conseguido es reducir la rentabilidad del dinero a límites nunca antes vistos, forzando a los inversionistas a buscar rentabilidad tomando más riesgos de lo que el sentido común puede justificar.

Pero por qué este fenómeno no se dá en Japón o Europa, en parte por la cultura de esos países de un temor al fracaso, algo que ya comenté en un post anterior llamado El secreto del éxito de Silicon Valley, pero también se debe al hecho de que ambos bloque económicos están avocados en tratar de contener la crisis en base a políticas de austeridad, lo opuesto a lo que está haciendo Estados Unidos, sin embargo China que está siguiendo el camino americano y tiene una abundante liquidez, mucha de la cual se ha usado para inflar su burbuja inmobiliaria, pero también se está usando en parte para financiar empresas web al estilo americano y es responsable en parte de la escasez de talentos en Estados Unidos, ya que muchos estudiantes post-graduados de universidades americanas de origen asiático, están prefiriendo volver a sus países de origen para iniciar emprendimientoa alla, en lugar de parmanecer en Estados Unidos, algo sobre lo que el Dr. Vivek Wadhwa nos alertó hace poco más de un año en un post publicado en TechCrunch llamado "Cuidado la fuga de cerebros a la inversa hacia India y China".

Mi conclusión, estamos en una primera fase de una burbuja web 2.0, en donde estos elevados salarios y la lucha por talentos es sólo la primera alerta. Es una burbuja porque cumple la definición clásica de una burbuja, está financiada en base a crédito y el activo en el que se invierte no tiene una fuente de ingreso que permita el pago del principal y los intereses. Pero como toda burbuja reventará cuando tenga que reventar, no antes, no después, lo único cierto con toda burbuja es que revienta, lo incierto es saber cuando la hará, ya que por lo general las burbujas pueden permanecer creciendo por largos periodos de tiempo, especialmente cuando la FED está embarcada en un proceso de expansión de la base monetaria.

Otra de las razones por las cuales este gasto de miles de millones de dólares en salarios es insostenible, es porque reduce la productividad de las empresas. Más empleados ganando más y haciendo lo mismo que hacían antes, sólo significa un aumento de los costes, pero no un aumento de las ganancias, con lo que el efecto neto es una reducción de la productividad. Sabemos que en el mundo global en el que estamos, la empresa que no incrementa contínuamente su productividad termina por quebrar.

Mi recomendación, este es el momento de "vender", si es ingeniero en computer science o puede conseguir un puesto en este sector económico, aproveche la ola y viaje lo más lejos posible, manteniendo controlado sus gastos y acumulando la mayor cantidad de reservas posibles en activos que no pierdan valor, no crea que las acciones que le darán por unirse a una empresa son una inversión sólida. Si se siente atraído por estas historias del nuevo "dorado" y desea comenzar a estudiar para entrar en el sector, no sea tonto en ayudar a inflar la burbuja. Si invierte el poco dinero que tiene o toma créditos para pagar son sus futuros altos ingresos, lamento informarle que es muy tarde para entrar "comprando", la burbuja ya ha comenzado y es muy tarde para entrar.

Google inicia su lenta caída

El ciclo natural de la vida es nacer, crecer, reproducirse y morir. Esto es cierto no sólo para los organismos vivos sino también para las empresas, todas incian como un desconocido pero prometedor emprendimiento y luego de período de rápido crecimiento donde todos predicen que tomará el mundo por asalto y sin dejar presioneros, pasa de ser idolatrada a ser temida, para luego iniciar un lento camino de desvanecimiento en las arenas del tiempo. Aunque a diferencia de los seres humanos muchas veces las empresas que han cumplido su ciclo no mueren (quiebran), sino que permanecen en un estado en el cual no crecen, no llaman la atención de los medios y sólo producen unos ingresos mensuales fijos por décadas manejando el tema de costes.

IBM fue el primero de los gigantes del TIC en entrar en este prolongado ocaso, donde pasó de ser el referente en el mundo de las TIC a una vieja empresa que mantiene su cuota de mercado. Luego llegó el turno de Microsoft de pasar por este mismo ciclo, finalmente Google comienza a dar muestras de agotamiento y lo más importante su archirival Facebook le ha ganado la partida en el mercado del futuro, la publicidad contextualizada en redes sociales.

Google ha tratado de reaccionar ante el avance de su rival, pero lo está haciendo tarde y mal. La pelea por exigir reciprocidad con la información de la lista de contactos que comparte con otros proveedores de servicios, y que Facebook usa en su favor sin permitir a Google acceder a los contactos que colecta Facebook desde otras fuentes, de la cual podemos encontrar una detallada explicación en TechCrunch. O la tardía reacción de aumentar el 10% al salario del próximo año a sus empleados para mantenerlos, digo tardía ya que a lo largo de los últimos meses Google ha estado perdiendo ingenieros claves para el futuro de la empresa de manera lenta pero contínua.

El miercoles pasado (10 de noviembre) en PC Magazine, John C. Dvorak publicó un artículo titulado "La inevitable ruina de Google", donde básicamente lo que nos quiere dar a entender es que en Google, ha muerto la creatividad y sólo están pensando en mejoras incrementales, donde las ideas no vienen de ver más alla de lo que otros ven, sino de voltear a ver donde está la competencia para tratar de ofrecer lo mismo y desesperadamente mantener la posición de líder. Esto es lo que le pasó a IBM y Microsoft, ahora Google está experimentando lo mismo.

Pero lo nuevo es que cada vez los ciclos se hacen más cortos, el reinado de IBM duró casi cuatenta años, Microsoft apenas tuvo 20 años de esplendor y ahora Google apenas ha llegado a la decena. Está condenado el próximo líder a sólo reinar por apenas unos pocos años o ya no veremos otro claro líder en el sector TIC y todo será una batalla por comoditizar las TIC. En este sentido Facebook parece que ha dado un paso adeltante y probablemente lance el próximo lunes (15 de noviembre) el famoso Proyecto Titan, también conocido como el Gmail killer, según he leído en TechCrunch. Una dirección de correo más que se sumará a la lista de e-mails que los usuarios han ido colectando a su paso por los diferentes portales y servicios web que han usado a lo largo de su cybervida.

¿Tiene precio la lealtad?

Al parecer Google ha encontrado la solución a esta pregunta y la respuesta es sí. La lealtad tiene precio para Google y es un aumento del 10% en los salarios del próximo año (2011) y un bono por fiestas de $1000 en efectivo, cuyo pago de impuesto a la renta correrá a cargo de Google. Los aumentos que Google dará a su personal fueron anunciados primero por el blog Business Inseders, citando como fuente un lector leal, el pasado martes (9 de noviembre). Pero fueron confirmados oficialmente por varias otra fuentes una de ellas Reuters el día de ayer (10 de noviembre).

Queda claro que esto es una reacción de Google a la rápida fuga de talentos que ha sufrido la compañía durante el presente año, la gran mayoría de estas deserciones fueron de muchos de sus gerentes más experimentados para ir directamente a trabajar con el mayor rival que tiene Google en estos momentos, la red social Facebook. La última y más sonada de las deserciones fue la de Lars Rasmussen, el padre de Google Maps y Google Wave.

Pero como para ganar la lealtad no sólo basta ser "generoso", sino que se debe de inspirar miedo también para evitar un motín de los empleados exigiendo mucho más cada vez. Esto es la vieja política del garrote y la zanahoria, Google ha decidido dar un ejemplo de lo "evil" que puede ser despidiendo al empleado que filtró la información de los aumentos, según un nota que he leído en el website de CBS News.

La moraleja de todo esto es que Google enfrenta una severa fuga de talentos, no sólo a Facebook sino también debido a que muchos de sus empleados deciden dejar la empreza para iniciar sus propios emprendimientos. Lo curioso es que ninguno de los que ha dejado Google menciona como una de las razones para hacerlo el hecho de que no se sintiera recompensado adecuadamente, por el contrario mucho citan como una de las principales causas para dejar al gigante de las búquedas a la falta de retos, el haber caído en una monotonía. Por eso, no creo que esta medida ayude a Google a retener talento, ya que no ataca la raíz del problema, por el contrario creo que lo hará mucho peor, ya que en lugar de mantener en la compañía a las personas con talento, lo que conseguirá es atraer a aquellos que sólo buscan el dinero a la compañía. Creo que estamos viendo como Google se está convirtiendo en el nuevo Microsoft e iniciando un lento proceso de declive, ojo que eso no quiere decir que Facebook sea la empresa que se convierta en el nuevo motor de innovación, como lo fue Google a lo largo de la última década.

Respecto a la forma como Google está reaccionando a la fuga de talentos, algo que se está comentando desde hace meses, me parece que lo ha hecho de una forma tardía y equivocada. Por el contrario esta receta de un aumento general del 10% a todos los empleados para el próximo año y un bono por fiestas de $1000, parece más el resultado de un programa de datamining al cuál se le preguntó como minimizar la pérdida de empleados y tras colectar datos de todos los empredos, dió la respuesta anterior. Lamentablemente conservar el mayor número posible de empleados no era la pregunta correcta, sino ¿cómo conservar a aquellos que hacen una diferencia?, en eso un programa que procesa gran cantidad de números para inferir estadísticamente resultados es inútil.