El día de ayer en TechCrunch apareció un post de similar título, que describe la frustación de muchos gerentes de proyecto que tienen que lidiar con la realidad de programadores que sencillamente son incapaces de generar código y sólo complican la culminación del proyecto. El autor de dicho post Jon Evans, señala como responsable del caos al proceso de selección de programadores realizado por el departamento de recursos humanos que dice sólo seleccionar al top 1% de los candidatos, pero si eso es cierto entonces por que estos desarrolladores élite no pueden llevar a término la más simple de las tareas.
Los cuestionamientos de Evans al proceso de selección de programadores no son nuevos, ya en el 2007 Jett Atwood de Coding Horror, se preguntaba "¿Por qué los programadores no pueden programar?" y sobre el mismo tema tres años depués hacía otro post titulado "Los programadores que no programan". Pero como dice Evans claramente en su post es un problema con el proceso básico de selección, el parrafo que considera resume toda la problemática es este:
"Entonces, ¿en qué debe consistir realmente una entrevista [de trabajo]? Permítanme ofrecer una propuesta humilde: no entrevistar a nadie que no haya logrado algo. Jamas. Los certificados y los títulos no son logros, me refiero a proyectos del mundo real con usuarios del mundo real. No hay excusa para que los desarrolladores de software no tegan un sitio web, una aplicación o un servicio que puedan mostrar y decir: "Yo lo hice, ¡todo con mis propias manos!" en un mundo en el que Google App Engine y Amazon Web Services tienen servicios de nivel básico gratuitos, y todo el costo de registro como desarrollador Android para poder publicar una aplicación en el Android Market es de $ 25"
El problema es que la mayoría de departamentos de recursos humanos asumen que si alguién tiene un título o certificado, automáticamente significa que dicha persona es capaz de programar y como en todos los blogs que he mencionado líneas arriba la constante es que la gran mayoría de personas que se presentan a una plaza de programador y tienen un título de ingeniero, master o incluso PhD, son incapaces de escribir el programa más sencillo.
En lo personal, me parece que no solamente es el proceso de selección el que falla en este caso, sino también el proceso de educación de los programadores, la educación como he dicho antes se ha convertido en un negocio y por lo tanto busca como todo negocio del siglo XXI, satisfacer las necesidades de sus clientes, en este caso los alumnos que pagan sus pensiones para recibir un título, ojo no he dicho pagan sus pensiones para ser educados. El problema básicamente es que muchos de los profesionales que actualmente existen en el mercado creen que su educación los ha capacitado para desarrollar un rol determinado, cuando en realidad sólo han recibido un conjunto de conocimientos que sirven a lo mucho para pasar exámenes, pero no para crear riqueza.
El único consuelo para todos los graduados peruanos de las numerosas escuelas de ingeniería informática, sistemas o computación, como deseen llamarlas, es que al igual que ellos los graduados de otras universidades alrededor del mundo tampoco saben programar. Pero como dice aquel viejo refran: "Mal de muchos, consuelo de tontos".