A principios de 1990 el Perú era un completo caos, la inflación, el terrorismo descontrolado, las huelgas generales cada mes y la falta de todo lo elemental nos hacía creer que el aprocalipsis no tendría arreglo. Mario Vargas Llosa había dicho que la única solución posible era un ajuste estructural de la economía peruana y hasta febrero de 1990 muy pocos podían suponer que no ganaría las elecciones generales.
El anuncio del plan económico del FREDEMO que proponía un ajuste estructural de la economía peruana, algo que incluía una reducción agresiva del gasto público y un aumento de la presión tributaria fue a lo que los publicistas apristas llamaron "El Shock".
Lo irónico es que durante el primer infierno gobierno aprista, ya se habían visto el equivalente a tres shocks que habían costado igual número de gabinetes, sin que las cosas hubieran mejorado. Tal vez fue esto, además del hecho de que Mario Vargas Llosa pareciera hablarle a un Perú que se reducía a Miraflores y San Isidro, que minó sus posibilidades electorales y permitieron que un candidato virtualmente desconocido hasta ese momento pasara a segunda vuelta con él escritor.
El resultado de la segunda vuelta se podía predecir ya desde el momento mismo en que había terminado la primera, los peruanos no querían la verdad, no quería el sacrificio, querían una solución mágica e indolora. Algo que un inescrupuloso japonés, que se hacía pasar por chino, que escudandose detrás de su entonces esposa Susana y un bacalao, eludió todo encuentro directo con la prensa y cuya única promesa electoral fue el "no shock".
Yo, hasta antes del 9 de abril había permanecido al margen de toda militancia política antes de las elecciones, creía que Mario Vargas Llosa ganaría olgadamente y el ajuste necesario se aplicaría, claro dentro del marco de un cuidado plan de gobierno. Luego de ver los resultados de las elecciones y entender que la causa estaba casi perdida fui a inscribirme al FREDEMO y a tratar de ayudar en lo que pueda para hacerle ententer a las personas que lo que proponía Fujimori era sencillamente un despropósito, sobra decir que los que antes del 9 de abril eran entusiastas militantes del FREDEMO ahora vestian polos de Cambio 90 y creían en el "Honradez, Tecnología y Trabajo", en las bases del FREDEMO quedamos muy pocos.
Cuando la derrota de la segunda vuelta llegó, no me sorprendió, podría decir que lo esperaba. Pero al menos en mi conciencia quedó tranquila ya que hice todo lo que pude para que Mario ganara las elecciones.
Obviamente, como Fujimori no pensaba ganar, no tenía plan, ni equipo de gobierno, así que ese primer gabinete fue una selección de lo más tradicional de la política peruana, a pesar de que era irónico que Fujimori llegará al poder justamente criticando a los "políticos tradicionales". La presentación del plan económico del nuevo gobierno la daría el ex-accionpopulista Hurtado Miller el 8 de agosto de 1990, que terminaría su mensaje a la nación con la famosa frase "Que Dios nos ayude":
Que veinte años no es nada / que febril la mirada
Todavía me acuerdo que lo ví en tu casa, celebrando tu cumpleaños..se veía venir pero cuando llegó, fue algo espeluznante, aplastante. Fue como si en un solo día, uno se quedara sin casa, sin coche y sin trabajo. La sensación era de que no teníamos futuro. Que se abría una puerta a una dimensión desconocida, la gran depresión.
Creo que lo de «Que Dios nos ayude» le salió del alma a Hurtado Miller.Felizmente, visto lo visto, Dios sí nos terminó ayudando.
y a propósito de desaparecidos más recientes que Fujimori ¿en que anda el Niño Santiago Becerra? el euro no ha quedado empatado con el dólar 1 a 1 que me han hecho perder dinero y su mentado crash del 2010 me temo que queda pendiente para 2011. Dios ha ayudado pero solo hasta ahora, quien sabe luego de 2012, nunca se sabe.