En un artículo aparecido el jueves pasado (8 de abril de 2010) en The New York Times, el ganador del premio nobel de economía Paul Krugman, propone para salir de la actual recesión y evitar una double dip recession, endeudar al estado mucho más alla de lo que ya está. Dependiendo bajo que estadísticas se desee utilizar la relación entre deuda pública (lo que debe el gobierno federal más todos los gobiernos estatales) y el PIB de los Estados Unidos está actualmente entre el 90% al 100%.
Teniendo el ejemplo griego muy fresco en la memoria (es más aún es un problema sin resolver para eudopa) y toda el caos social generado luego de que el país quedara en estado de insolvencia como resultado de que la relación entre deuda pública y PIB llegara 113%, y como resultado los posibles acreedores desean tasas de interés mucho más altas por el dinero debido al riesgo de insolvencia. Pero Krugman nos dice no se preocupen, ya los Estados Unidos ha pasado por eso, luego de la segunda guerra mundial (1946) la deuda total del gobierno era del 122% del PIB y en 10 años (1946-1956) dicha relación entre deuda y PIB se redujo a la mitad no gracias a que U.S.A. pagara su deuda, sino por el contrario al hecho de que el PIB aumentara mucho más rápido que lo que hacía la deuda del gobierno.
Es decir una brillante mente que ha ganado el premio nobel de economía nos recomienda imprimir billetes y gastar para salir de la actual crisis. Ciertamente, me parece que el señor Krugman olvida varias cosas cuando nos da dicha receta keynesiana, la primera es que históricamente cada vez que ocurre un boom , le sigue un bust. Si para salir de la pobreza bastara imprimier billetes, Zimbaue, Argentina de los ochenta o el Perú del primer gobierno de Alan García hubieran llevado a sus respectivos países al desarrollo.
Si es cierto señor Krugman que las deudas viejas se diluyen con la inflación, pero por otro lado el crédito desaparece en un entorno inflacionario, con lo que a toda alta inflación le sigue un periodo de estancamiento o contracción de la economía. Es por ello que Alemania que vivió la más terrible de todas las hiperinflaciones durante la República de Weimar, es tal vez uno de los mayores promotores de la disciplina fiscal y el más enconado rival a premiar la irresponsabilidad del gobierno griego a través de un rescate financiero.
Como ya dijera Alan García durante su primer gobierno "Los estados no pueden quebrar", y es cierto, pero a diferencia de los seres humanos los estados no pueden morir y por lo tanto la deuda sólo crecerá. La deuda que no pago García durante el 85-90, creció con los intereses y aún la seguimos pagando. Pero debido a que en el Perú desde principios de los noventa se aplicó el Consenso de Washington, dolorosa y cruelmente, ahora la relación entre deuda pública y PIB en Perú está por debajo del 30%.
Pero por qué no quieren aplicarle el Consenso de Washington a Italia, España, Reino Unido o el mismo Estados Unidos. En lugar de reestructurar la economía, lo cual siempre es un proceso doloroso, el señor Krugman propone imprimir billetes para salir de la deuda. Es decir debemos premiar la irresponsabilidad de aquellos que gastaron mucho más alla de sus posibilidades de pago, debemos condecorar la imprudencia de quienes desmantelaron el parque industrial americano para enviarlo a China en donde pagan $220 al mes a cada trabajador y pueden contaminar sin que el gobierno le diga nada. Es decir ahora el ideal capitalista ya no es seguir a personajes reales como Ford, Edison o Hughes, sino a personajes de ficción como Gordon Gekko. Y en esa realidad alternativa un buen modo de salir de la inmensa deuda contraída es a través de la inflación, claro en la suposición de que se seguirá creciendo a pesar de la inflación.
Krugman no es precisamente un tonto que no sabe como solucionar asuntos de magnitud y si no recomienda una reorganizacion financiera con banqueros que quiebren y bancos que prosigan es porque debe haber un plan hiperinflacionario que beneficiara los intereses de despoblacion mundial.
Lo de Paul Krugman es maldad en grado 33 (segun Antiguo Rito Escoces) de la Logia Unida de Inglaterra. Otros le llaman sionismo.