Tú lo sabes, las computadoras son una potente herramienta que permite amplificar el poder de la mente humana, pero si suministras datos o algoritmos incorrectos lo que obtienes es un magnificación del error. De alli el famoso término GIGO (Garbage In, Garbage Out) acuñado por George Fuechsel, durante los primeros años de la intruducción de las computadoras en nuestra sociedad. Pero parece ser que estamos tan acostumbrados a que la computadora se autoregule que olvidamos que las computadoras no piensan. Al parecer ese fue el caso del corredor de valores Kweku Adoboli, del banco suizo USB, que perdió 2,000 millones de francos suizos ($2,300 millones de dólares), haciendo riesgozas apuestas en el mercado de divisas. El qué, cómo, cuándo y donde de esta sorprendente historia a continuación.
El miercoles pasado (14 de setiembre 2011), la ya muy venida a menos credibilidad del banco suizo UBS sufrió otro duro golpe cuando tuvo que admitir que un corredor "no identificado", en su cede en la ciudad de Londres había perdido nada más y nada menos de $2,300 millones de dólares. Con el correr de los días se ha sabido el nombre del "rogue trader" (corredor trúan), Kweku Adoboli, un graduado de Ciencias de la Computación de la Universidad de Nottingham y poseedor de un MBA, hijo de un trabajador retirado de las Naciones Unidas y cuyo casero calificó como una persona amable y tranquila. La foto de la derecha la he tomado del falso perfil de Facebook que fue creado luego de LinkedIn removiera el perfil verdadero de Kweku.
Su padre ha dicho en una entrevista telefónica que su hijo es un "hombre íntegro", además uno de sus amigos ha declarado en el sentido de que Kewku era leal a UBS (fuente). No me cabe la menor duda de que Kweku es un buen amigo, leal trabajador, buen hijo, pero que tiene que ver todo eso con el hecho de que su error le haya costado al banco en el cual trabajaba $2,300 millones. Todos podemos cometer errores, incluso el mejor de los seres humanos puede cometer errores, es algo que sabemos desde hace mucho tiempo y por eso es que inventamos el sistema de separación de poderes. Sin embargo este es un caso más que se suma a los de Jérôme Kerviel que perdió € 4,900 millones para Société Générale a principios de 2008 o el famoso caso de Nick Lesson que quebrara al bicentenario Barings en 1995 llavado a la pantalla grande en el filme Rouge Trader.
Según un artículo aparecido en ComputerWorld, el problema está en que la gerencia de UBS decidió ahorrar en el software de seguridad y monitoreo:
"Es evidente que hay un problema con la separación de funciones y la necesidad de un 'doble control', así como la atribución de responsabilidades. Esto suena muy parecido a no tener ningún tipo de software de análisis de trading sospechoso, instalado. La parte triste es que toda esta tecnología existe", pero UBS pudo haber elegido ahorrar dinero en software en detrimento de la seguridad de sus accionistas, dijo.
Tal vez este fue un problema de falta de un software de alertara tempranamente del problema, pero esta explicación trata de llevar al lector a asumir la hipótesis planteada por el mismo banco de que el único culpable es Kweku. Algo difícil de creer además ya que según se ha sabido los $2,300 millones no se perdieron de una noche a otra, sino en un periodo de varias semanas.
Todo esto me hace recordar al libro de William Black "La mejor forma de robar un banco es ser dueño de uno", en donde explica su teoría del entorno crimogénico, es decir un entorno en el cual se recompensa la deshonestidad y se castiga el actuar conforme a lo normado. La razón es simple, sólo se asciende en la escala corporativa dandole buenas noticias a los jefes (incluso si esto significa cocinar libros o metir), decir la verdad es la forma más fácil de terminar desempleado en una gran corporación. Lo cual nos lleva a la lógica conclusión de que Kweku Adoboli, no es competamente inoscente, pero si el eslabón más débil de la cadena y el actual chivo expiatorio de todos los pecados de UBS.