La crisis explicada en 461 palabras

En su artículo de ayer, el catedrático Santiago Niño Becerrra en su columna diaria en "La Carta de la Bolsa", nos promete explicar la crisis con una parábola de 450 palabras, en realidad son 461 y no es que me haya tomado la molestia de contarlas a mano, sólo copie y pegue la parábola en un archivo de texto plano tras lo cual utilicé el utilitario Unix/Linux "wc" para obtener el número de caracteres, palabras y líneas del documento.

Bueno, dejando a un  lado el hecho de que sean 461 o 450 palabras, lo realmente importante es que dicha historia ejemplifica como fue el crecimiento de nuestra economía (ojo cuando digo nuestra me refiero a la economía mundial) en los últimos 10 años, un crecimiento hecho a base a crédito indiscriminado que no midió el riesgo de insolvencia de las personas que tomaron dichos créditos. La explosión del consumo a lo largo de la presente década, que va desde la compra de smartphones y TV con pantalla de plasma de 52" hasta la compra de autos y casas, estuvo integramente basada en crédito y no en un aumento de los ingresos reales de la mayoría de la población. Por eso ahora que no hay dinero para seguir financiando ese crecimiento artificial todas las economías sencillamente implosionan.

Aquí les dejo el texto de la parábola que explica la crisis mundial en 461 palabras:

"Heidi es la propietaria de un bar en Berlín. Como es natural, quiere aumentar las ventas, y decide permitir que sus clientes, la mayoría de los cuales son alcohólicos en paro, beban hoy y paguen otro día. Va anotando en un cuaderno todo lo que consume cada uno de sus clientes. Esta es una manera como otra cualquiera de concederles préstamos.

Muy pronto, gracias al boca a boca, el bar de Heidi se empieza a llenar de más clientes. Como sus clientes no tienen que pagar al instante, Heidi decide aumentar los beneficios subiendo el precio de la cerveza y del vino, que son las bebidas que sus clientes consumen en mayor cantidad, y el margen de beneficios aumenta vertiginosamente.

Un empleado del banco más cercano, una persona muy emprendedora que trabaja de director en la sección de servicio al cliente, se da cuenta de que las deudas de los clientes del bar son activos de alto valor, y decide aumentar la cantidad del préstamo a Heidi. El empleado del banco no ve ninguna razón para preocuparse, ya que el préstamo bancario tiene como base para su devolución las deudas de los clientes del bar.

En las oficinas del banco los directivos convierten estos activos bancarios en “bebida-bonos” y “alco-bonos” bancarios. Estos bonos pasan a comercializarse y a cambiar de manos en el mercado financiero internacional. Nadie comprende en realidad qué significan los nombres tan raros de esos bonos; tampoco entienden qué garantía tienen, ni siquiera si tienen alguna garantía. Pero como los precios de las bebidas siguen subiendo constantemente, el valor de los bonos sube también constantemente.

Sin embargo y aunque los precios aumentan, un día un asesor de riesgos financieros que trabaja en el mismo banco (asesor al que por cierto despiden pronto a causa de su pesimismo) decide que ha llegado el momento de demandar el pago de las deudas de los clientes del bar de Heidi. Pero estos, claro está, no pueden pagar las deudas, y Heidi no puede devolver sus préstamos bancarios y entra en bancarrota. Los “bebida-bonos” sufren una caída de un 95% de su valor. Los los “alco-bonos” van ligeramente mejor, ya que sólo caen un 80%.

Las compañías que proveen al bar de Heidi, que le dieron largos plazos para los pagos y que también adquirieron bonos cuando su precio empezó a subir, se encuentran en una situación inédita. El proveedor de vinos entra en bancarrota, y el proveedor de cerveza tiene que vender el negocio a otra compañía de la competencia.

El gobierno interviene para salvar al banco. Tras conversaciones entre el presidente del gobierno y los líderes de los otros partidos políticos.
Para poder financiar el rescate del banco, el gobierno introduce un nuevo impuesto muy elevado que pagarán los abstemios
".

Y lamentablemente es la moraleja, las pérdidas de los bancos derivadas de las personas que consumieron de manera irresponsable más alla de su capacidad de pagó será asumida por los estados, que conseguirán los fondos subiendo los impuestos a aquellas personas que aún no están quebradas, y no lo están por el simple hecho de que no despilfarraron cuando todos los demás lo hacían. Es decir los estados están haciendo lo completamente opuesto a la fábula de la cigarra y la hormiga.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.